El principal requisito para construir esta casa era encontrar la zona ideal, pues el cliente deseaba tener una residencia, aunque envuelta en un entorno natural no demasiado lejos de la ciudad.
Así que el arquitecto eligió un terreno en pendiente, rodeado de un bosque de encinos que desemboca a un arroyo.
“Una de las premisas que teníamos era no tirar árboles, y eso, de alguna forma, condicionó la localización de la casa y la manera en cómo íbamos a trabajar alrededor de la vegetación”, detalló el arquitecto Carlos Pascal.
Inspirados en el diseño californiano, los creativos diseñaron una vivienda que aprovecha las ventajas de vivir hacia el exterior con ayuda de más de 300 metros cuadrados de terrazas techadas.
“En la parte arquitectónica, la idea era disfrutar visualmente de todas las características naturales y, por el mismo motivo, para el estilo de la casa buscábamos algo contemporáneo”, explicó el arquitecto Gerard Pascal.
La firma también aprovechó las condiciones del terreno para estructurar los dos niveles de la residencia, los cuales no son visibles desde la fachada frontal, ya que descienden justo detrás de la construcción.
Destreza material
El acceso a la casa es posible, desde la calle, a través de una rampa vehicular que desemboca en la planta principal.
Ahí se encuentra el vestíbulo de recepción, sala, comedor, cocina, recámara principal y una oficina con espacio para colaboradores, pues el dueño deseaba tener un área funcional de trabajo.
En el siguiente nivel está el acceso al jardín, un gran salón de juegos y la habitación de los niños.
Aunque cada uno de los espacios reclama su propia personalidad debido al uso dado, dos materiales predominan en el interior: piedra y madera.
Propuestas