05/05/2024
07:02 AM

La horrible experiencia de Lena Headey en 'Game of Thrones'   

  • 07 julio 2017 /

La actriz fue diagnosticada con depresión posparto durante el rodaje de la primera temporada de la serie que la lanzó a la fama

Nueva York, Estados Unidos.

Hacerse con el papel de Cersei Lannister en la popular serie 'Game of Thrones' cambió radicalmente la carrera de Lena Headey, consiguiendo que pasara de ser una actriz de cine indie o, como mucho, una secundaria de prestigio a una estrella internacional.

Sin embargo, esta oportunidad de oro va ligada en la memoria de la intérprete a uno de los momentos más oscuros de su vida, la depresión posparto que le diagnosticaron tras el nacimiento de su primer hijo y que, sumada a la presión de formar parte de un proyecto de tales dimensiones, convirtió el rodaje de la primera temporada de la producción de la HBO en 2011 en un verdadero infierno para ella.

'Rodar fue una experiencia horrible. Tenía depresión postparto pero no lo sabía. En una visita a una doctora para un chequeo médico rutinario me puse a llorar de repente. Ella me dijo que tenía depresión postparto y me quedé muy sorprendida, me dije: '¿Lo tengo? ¿Por qué?'. Fui a ver a un especialista, un gran tipo, y me ayudó a vencerla, pero el primer año en 'Game of Thrones', que coincidió en el tiempo, enfrentándome a la experiencia de la maternidad y pasando por un momento muy raro de mi vida, fue bastante complicado', ha compartido con su compañera de reparto Maisie Williams, quien da vida a Arya Stark en la serie, en una entrevista para The Edit.

La conversación entre las dos actrices de diferentes generaciones -Lena tiene 43 años y Maisie 23- ha tratado en profundidad un tema que les afecta a las dos independientemente de su edad: el machismo en Hollywood.

'Cuando tenía veinte años, hice muchas pruebas en Estados Unidos, y un director de casting me dijo: 'Los hombres se llevan las cintas de las audiciones a casa y mientras las ven dicen: '¿A quién me foll****?''. Nunca entré en el juego de ir a un casting y empezar a flirtear, nunca lo he hecho', ha confesado recordando sus inicios en la industria.

Otro de los asuntos que más molesta a Lena, además de preocuparla gravemente, es cómo el hecho de ser mujer silencia automáticamente sus opiniones frente a las de un hombre en la industria en que trabaja y, lamentablemente, en la vida en general.

'¿No tienes la impresión de que tienes que decir la misma cosa siete veces, mientras que un hombre la dice una vez y todo el mundo escucha? En contrapartida, un hombre puede decir lo mismo que yo acabo de decir y todo el mundo le aplaude. ¿En serio? Yo he dicho eso diecinueve veces antes pero has preferido no escucharme o no llevarlo a cabo', se ha sincerado exasperada.