27/04/2024
12:50 AM

Jason Statham: 'No tenía ambiciones de ser actor”

El británico Jason Statham cuenta cómo le llegó la oportunidad de actuar y de sus próximos trabajos

    Con la imagen de hombre duro en tres versiones de la película El transportador, Jason Statham consiguió imponer una marca del buen cine de superacción, con su nombre.

    Personalmente, tampoco hay mucha diferencia con el actor de cine. A pesar de no ser demasiado alto, con tanta seriedad en su 1.65 metro de altura es suficiente para generar bastante miedo con solo imaginarlo a solas, de mal humor, en un callejón oscuro de Hollywood. El hotel Four Seasons de Beverly Hills, a plena luz del día, parece un lugar mucho más seguro para entrevistarlo.

    Por las dudas, nada más.

    -¿Qué tan duro le resulta el mundo de Hollywood?

    Soy bastante nuevo. Apenas llevo 10 años, a lo sumo 12 en este negocio. Dicen que se necesita incluso mucho más tiempo para saber lo que uno hace. Por ahora, vengo bastante bien.

    -¿Ni siquiera fue duro el principio de su carrera?

    Para nada. Tuve otros trabajos mucho más duros. Trabajaba en la calle, vendiendo perfumes y joyas. No tenía ambiciones de ser actor. Simplemente me crucé con un hombre (Guy Ritchie) que estaba haciendo una película, su primera película, y yo ni siquiera era actor; tampoco quería serlo. Y cuando me propuso estar en su película, eso fue todo. Ese día me convertí en actor.

    -¿Con la actuación aprendió alguna lección de vida?

    Se aprende muchísimo. Cada película es una nueva experiencia, una nueva expectativa. Es una progresión interesante. Es cierto que necesité por lo menos diez años para saber lo que estoy haciendo, seguro. Te aseguro que cometí muchísimos errores. Recién ahora puedo decir que entiendo lo suficiente como para saber lo que funciona bien conmigo o cómo tengo que trabajar con un buen director para conseguir buenos resultados.

    -¿También lleva tiempo aprender a luchar frente a una cámara?

    Sí, lleva bastante tiempo. Es una nueva destreza.

    -¿Y detrás de cámara?

    (Risas). Trato de mantenerlo al mínimo.

    -¿Alguna vez tuvo que utilizar en la vida real la ‘destreza’ que aprendió con el cine?

    No. La verdad, tengo una vida muy tranquila afuera del cine.

    -Pero si fuera necesario, más allá de la ficción, ¿está en condiciones de defenderse bien en la realidad?

    Supongo que sí. ¿Te gustaría comprobarlo personalmente? (Se ríe).

    -No, gracias. Pero otros actores de cine de acción suelen cruzarse con personas que buscan pelea solo para poder decirles a sus amigos que pudieron enfrentarse con alguien como usted.

    Sí, ese es un problema, porque las peleas que hacemos en cine no son reales. En la calle hay demasiados hombres duros, de verdad. Hay gente que se entrena todos los días para pelear. Fíjate en la mezcla de artes marciales; ahora es un deporte muy importante. Hay personas realmente fuertes que viven para ganar una pelea. Y, por supuesto, no me gustaría cruzarme con ninguno de ellos.

    Hoy, a muchos actores les gustaría cruzarse con su fama. Después de todo, muy pocos consiguen tanto éxito en tan poco tiempo. Habiendo nacido en Londres, el 12 de septiembre de 1967, es realmente increíble que en su propio país, Inglaterra, no le reconozcan la misma fama que ganó en Hollywood. Pero fue ahí donde comenzó todo, cuando el director Guy Ritchie (el exesposo de Madonna) lo invitó a participar en la película Lock, stock and two smoking barrels. Y no le habrá ido tan mal porque el mismo Ritchie lo volvió a llamar después para la película Snatch con Brad Pitt y Benicio del Toro, apenas un año antes de convertirse en el protagonista de la nueva serie de películas de acción El transportador. Ya en ese entonces había empezado a entrenarse en artes marciales y kickboxing detrás de cámaras, con suficientes conocimientos como para hacer casi todas las escenas de acción sin ningún doble. Hasta Sylvester Stallone lo eligió para el elenco de superestrellas en Los mercenarios (incluyendo la próxima segunda versión).

    El año pasado incluso se enfrentó a Clive Owen en el equipo de asesinos profesionales de Killer elite y a fin de año protagonizará con Jennifer López la película Parker, sobre un ladrón que se niega a robar dinero a gente que la necesita.

    Pero antes estrenará la película Safe, con la triple acción de rescatar a una joven china secuestrada y el desafío de la mafia rusa entre la corrupción de los oficiales de Nueva York.

    Detrás de cámaras, la acción ya no pasa más por Londres. Pero Jason Stathman sigue disfrutando una vida de película, mucho más cerca de Hollywood, de novio con la modelo Rosie Huntington-Whiteley, en una gigantesca mansión que compró en Malibú, por 10,625,000 dólares.

    -¿Cree que atrae más la atención de las mujeres por ser una estrella de cine?

    No lo sé, pero ya tengo la mujer que quiero. Y en ese aspecto estoy bastante feliz.

    -¿Extraña Londres, ahora que vive en pareja, más cerca de Hollywood?

    Extraño mis amigos, la gente, la cultura. Esa es la clave de todo país. Los edificios no importan. Tenemos un gran país y a veces lo extraño, por supuesto. Por el momento estoy trabajando y este es mi lugar, pero puedo volver a casa cuando quiero. Gran Bretaña siempre va a ser mía.

    -¿Lo molesta que en Inglaterra no lo aprecien tanto como en el resto del mundo?

    Tengo bastante éxito en otros países como para quejarme. Mira: no puedo sentirme frustrado si a alguien no le gustan mis películas.

    Y si no me aprecian lo suficiente en Inglaterra, tampoco lo noto demasiado porque estoy muy ocupado trabajando.

    -¿Lo que más le gusta del estrellato?

    El estrellato tiene un lindo perfil. Me pagan muy bien y hay bastante lujo en el lado glamoroso de lo que hacemos. Puedo comprarme un buen auto, mientras trabajo con buena gente. Pero esta industria es muy inconstante. Todo es bueno, mientras sea bueno. Puede terminar todo muy rápido.

    -¿El lado malo de la fama?

    El lado malo todavía no lo conozco, pero sé que puede terminar. El público dicta mi futuro. Si uno hace demasiadas películas malas, el final llega tarde o temprano. Lo sé muy bien. Por eso necesito ser responsable. Si mi cara está allá arriba, la gente también me mira cuando mis películas no funcionan tan bien económicamente. Tengo que ser muy cuidadoso.

    -¿Le gustaría interpretar un superhéroe?

    La verdad, no.

    -¿Ni siquiera un villano en las películas de Batman?

    Chris Nolan es brillante como director. Sería muy difícil rechazarlo. Te mentiría si digo que no, pero soy muy viejo para el cine de superhéroes. No suelo gravitar hacia ese estilo de cine. La acción es mi gusto preferido.

    -¿Tampoco se imagina en una comedia romántica?

    Prefiero las películas de acción; soy feliz con este estilo de cine. No pienso cambiar solo por cambiar.

    -¿Y si surgiera la oportunidad?

    Es gracioso porque es una pregunta que surge a menudo.

    El problema con los actores es que siempre quieren interpretar a alguien distinto. Yo solo hago lo que me gusta.

    Cine como Safe o Parker son películas que yo pagaría por ver, aunque no fuera el protagonista.

    -¿Cuántas horas de entrenamiento se necesitan para tener su estado físico?

    Tengo mucho tiempo libre. Paso demasiado tiempo haciendo cosas que no debería hacer.

    -Algún secreto tiene que haber. ¿Cómo lo logra?

    Mira: si te dan la responsabilidad de hacer una película y te dicen que vas a empezar en diez semanas, te aseguro que vas a encontrar tiempo para ir al gimnasio. Es un trabajo como cualquiera.

    -En una época, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone eran los mejores actores del cine de acción...

    (Interrumpe). Todavía lo son.

    -¿No están un poco viejos para ese trabajo?

    No lo sé. Sylvester tiene mucha más energía que cualquier persona que conozco.

    Y lo sé porque juntos hicimos Los mercenarios. Supongo que pertenecen a otra generación.

    -¿Y quién diría que son los actores que hoy compiten con usted, en su generación?

    No lo sé, ese es tu trabajo. (Risas).

    -¿Es amigo de otro actor inglés como Clive Owen, por ejemplo?

    Lo conocí por primera vez cuando hicimos juntos la película Killer elite. Y hacer una película de acción juntos fue grandioso.

    -¿Es cierto que Sylvester Stallone no dirigió la nueva película de Los mercenarios?

    Sigue siendo su película, pero Simon West es el director esta vez. Ya trabajé con él antes, en El mecánico; es muy talentoso.

    -¿Piensa estrenar una cuarta película de El transportador?

    Ya hice demasiadas películas de El transportador. Hacer una serie de la misma película suena bien porque significa que a la gente le gustó la primera y quiere verte de nuevo.

    Pero tres son suficientes, para cualquiera.

    -¿Y la serie de TV que están haciendo con base en El transportador?

    Sí, sé que están haciendo una versión para TV.

    -¿Usted no tiene nada que ver? ¿Ni siquiera va a aparecer como estrella invitada?

    Nada, cero.

    -¿Volvería a trabajar con Guy Ritchie?

    Amo a Guy Ritchie, le debo demasiado. él fue quien me puso en el mapa, me dio una carrera. Si suena el teléfono, no importa lo que diga, estoy ahí, seguro. Es brillante como director y un buen amigo.

    Pero ya hizo demasiadas películas conmigo y no puede seguir haciendo lo mismo. La gente se cansa.

    -¿Qué busca detrás de un nuevo personaje?

    Algo que pueda decir, que yo pueda interpretar. Tampoco voy a decir que puedo hacer algo que no siento que tenga la fuerza para hacerlo bien.

    -¿No se fija en las cifras del cheque?

    Bueno, tampoco soy tonto. Te mentiría si dijera que el dinero no es un factor que considero, por supuesto.

    No quiero trabajar gratis. Por algo lo llaman negocio del espectáculo, ¿no? A cualquiera le gusta que le paguen por lo que hace.

    Y si te pagan bien, también trabajas más duro.