'¡Gracias por esperarme, Madrid!', le ha gritado Shakira a una ciudad que abandonó en canciones con el nuevo siglo y que hoy, 7 años después de su último concierto aquí, ha vuelto a entregarse sin rencores a la diva pop que mejor supo anticiparse al auge del urbano latino y el reguetón.
Recuperada de la hemorragia en las cuerdas vocales que en noviembre le hizo reubicar esta gira y que le hizo temer por la continuidad de su carrera, la colombiana ha puesto hoy otro punto y seguido a 'El Dorado Tour' ante el aforo completo del WiZink Center de Madrid, con más de 14.000 personas según la organización.
Y eso que, después de su último concierto en el multitudinario estadio Vicente Calderón, quedaba por ver cómo reaccionaría el público a su retorno a la ciudad que durante una época convirtió en epicentro de su actividad en España, hasta que el amor la convirtió en musa del barcelonismo futbolístico.
Más protagonista aún ha sido el reciente 'El Dorado' (2017), el álbum de mayor repercusión de su carrera en la última década gracias a temas como 'La bicicleta', 'Chantaje' o 'Me enamoré', los de su conversión definitiva al 'trap' y el 'urbano latino' tras flirteos previos como 'La tortura' o 'Loca', cuando hablaba de 'shaketón'.
Irremediablemente ha habido ausentes destacados en cuanto a canciones ante un repertorio de éxitos muy difícil de concentrar en 1 hora y 45 minutos de concierto. Así, se han quedado fuera títulos emblemáticos como 'Ciega, sordomuda', 'Ojos así', 'Las de la intuición' o, lo que es más sangrante para la capital, 'Te dejo Madrid'.
'¡Yo pienso en ti, Madrid!', le ha gritado sin embargo a un público enfervorecido en mitad de su arranque musical, en el que se ha reafirmado como diva vigente actualizando con apuntes electrónicos sus inicios con 'Estoy aquí' y 'Dónde estás corazón', en medio de una colosal lluvia de confeti.
'¡El de Madrid es el mejor público del mundo!', ha proclamado al término de 'La tortura', en el que el respetable ha bailado como loco, pero en el que se ha echado de menos que, en una cita tan esperada, la presencia de Alejandro Sanz sobre el escenario fuese carnal y no puramente virtual.
'Loca' y 'Rabiosa' y las canciones mundialistas ('La La La' y 'Waka Waka') han convertido el tramo final en una fiesta desatada que, tras el impás hacia los bises y la calma de la balada 'Toneladas', esta en medio de la pista, ha continuado con 'Hips don't lie', probablemente la mejor descarga de adrenalina de la noche, y, cómo no, 'La bicicleta', rauda y veloz.