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#MeToo: actrices en pie de guerra contra los abusos

  • 30 diciembre 2017 /

Este movimiento, casi exclusivamente femenino, ha impulsado a las mujeres a levantar su voz contra los abusos sexuales en Hollywood

Hollywood, Estados Unidos

Dos meses después de que aparecieran las primeras acusaciones de abuso sexual contra Harvey Weinstein, uno de los productores más poderosos de Hollywood durante décadas, lo que parecía un caso aislado se ha convertido en una riada de denuncias cuyo principal símbolo es el movimiento #MeToo.

Rose McGowan y Ashley Judd fueron las primeras víctimas de Weinstein que se conocieron, pero pronto se unieron Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Asia Argento, Mira Sorvino, Rosanna Arquette, Cara Delevingne, Léa Seydoux o Kate Beckinsale.

La última, la mexicana Salma Hayek, que aseguró que Weinstein incluso la amenazó de muerte.

Y muchas estrellas del cine han criticado la actitud depredadora de Weinstein, como Emma Thompson, Emma Watson, Colin Firth, Meryl Streep, Kate Winslet, Jennifer Lawrence, Jessica Chastain, Cate Blanchett, Mark Ruffalo, George Clooney, Christian Slater, Penélope Cruz o Jane Fonda.

Foto: La Prensa

A lo que se unió el movimiento #MeToo, que ha motivado cientos de testimonios contra miembros de la comunidad cuyo futuro en la industria pende de un hilo.

Los integrantes de ese movimiento, en su mayoría mujeres, fueron elegidos recientemente como Persona del Año por la revista Time.

La publicación consideró que quienes han roto el silencio sobre este tema tabú han dominado la atención este año y conseguido que la sociedad deje de ver como “aceptable” lo “inaceptable”, aseguró el editor en jefe de la revista, Edward Felsenthal.

El caso Weinstein desató una ola de denuncias contra otras figuras del cine, en muchas ocasiones por casos que se registraron hace años y se mantuvieron en silencio.

El más sonado en el mundo del cine tras el de Weinstein fue el de Kevin Spacey. Le siguieron John Lasseter, Brett Ratner, Louis CK, Dustin Hoffman, James Toback, Jeffrey Tambor, Geoffrey Rush, Steven Seagal, Danny Masterson, Tom Sizemore, Jeremy Piven, Matthew Weiner o Ed Westwick.

Foto: La Prensa

#MeToo ha motivado cientos de testimonios de mujeres acosadas y abusadas en Hollywood.

Y las consecuencias no se hicieron esperar.

Spacey, que tuvo la torpeza de reconocer su homosexualidad a la vez que se disculpó por haber presuntamente acosado al actor Anthony Rapp cuando este tenía 14 años, fue despedido de la serie House of Cards y eliminado del montaje final de All the Money in the World (Todo el dinero del mundo).

Lasseter, jefe creativo de Pixar y Walt Disney Animation Studios, anunció que se tomaba una excedencia de seis meses tras reconocer comportamientos fuera de lugar y que se propasó con su personal.

Warner Bros. rompió relaciones con Ratner después de conocerse las acusaciones de agresión sexual en su contra y Danny Masterson fue despedido por Netflix de la serie The Ranch tras ser acusado de violación por tres mujeres.

Todos los acusados, en mayor o menor grado, han visto afectadas sus carreras, al igual que las víctimas, como reconoció el cineasta Peter Jackson, que recientemente recordó que cuando preparaba su proyecto de The Lord of the Rings con Weinstein como productor, le presionaron para que no contratara a Mira Sorvino y Ashley Judd.

“Yo creo a las víctimas al 100%”, dijo la actriz Jessica Chastain, quien aseguró que haría todo lo que estuviera en su mano “para amplificar sus voces porque cualquiera que se atreve a denunciar un acoso sexual o un abuso sexual lo está arriesgando todo.

Una situación que no se limita a Hollywood, señaló a EFE el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, para quien “la misoginia y la estupidez del macho de pensar en la mujer como un objeto es un fenómeno cultural de un primitivismo tremendo”,

Y mientras el goteo de casos sigue aumentando -ya son ocho las mujeres que han acusado a Dustin Hoffman de abusos y agresiones sexuales-, la tensión tampoco deja de crecer en el seno de Hollywood.

Porque muchos estaban al corriente de lo que pasaba -Quentin Tarantino aseguró que conocía los abusos de Weinstein y que podría haber hecho más de lo que hizo- y porque poco a poco se ha ido sabiendo que el productor y su hermano Bob, todopoderosos dueños de Miramax, habían pagado a modelos y actrices por su silencio.

Así que las protestas continúan y un grupo de actrices pretende denunciar el machismo durante la gala de los Globos de Oro. Algo que a su vez ha provocado una polémica después de que Ros McGowan llamara hipócrita a Meryl Streep por formar parte de esa protesta tras haber trabajado con “el cerdo monstruo”, en referencia a Weinstein.

Uno de los pocos que podría juzgarse es el de la actriz de origen español Paz de la Huerta, quien denunció ante la policía que Weinstein la violó dos veces en 2010. Ahora es la fiscalía de Nueva York la que debe decidir si las denuncias pasan de los medios a los juzgados.

Denuncias contra Vice Media

El grupo de comunicación Vice Media, surgido en 1994 como un símbolo de contracultura, también se ha visto afectado por denuncias de acoso sexual o difamación que en cuatro casos han derivado en acuerdos extrajudiciales, según informó The New York Times.

Vice nació en Canadá hace 23 años como una revista punk y como medio de comunicación para explorar las tendencias de contracultura. Cambió de línea hace diez años ampliando sus áreas y abarcando temas como las preocupaciones sobre justicia social.

Según el Times, los arreglos han afectado, entre otros, al presidente de la compañía, Andrew Creighton, que en 2016 pagó 135,000 dólares a una empleada no identificada que fue despedida después de que rechazara tener una relación íntima con él. Los documentos a los que ha tenido acceso el periódico y detalles que ha obtenido mencionan también el arreglo al que llegó, por una cantidad no detallada, la periodista Martina Veltroni, que aseguró haber sido castigada por su supervisor, Jason Mojica, después de que mantuvieran una relación sexual.

En enero pasado, según el Times, la periodista Joanna Fuertes-Knight llegó a otro acuerdo por 24,000 dólares por denuncias de acoso sexual y discriminación racial. Algunas acusaciones afectaban al productor de Vice Rhys James.

Otro caso se remonta a 2003, cuando la periodista Jessica Hopper alcanzó un acuerdo por 25,000 dólares después de que se cambiara una entrevista que había hecho con un rapero para asegurar que ella había tenido sexo con el entrevistado, lo cual no era cierto.