25/04/2024
07:02 PM

Harvey Weinstein tenía espías para protegerse

El productor contrató a un equipo para detener las investigaciones sobre sus agresiones sexuales.

California, Estados Unidos

El productor Harvey Weinstein gastó cientos de miles de dólares para sofocar los señalamientos de abuso sexual, que le costaron su carrera, contratando exagentes de inteligencia para investigar a sus víctimas y a periodistas atrás del caso, informó The New Yorker.

La revista, que le siguió al diario The New York Times con fuertes revelaciones del caso, señaló que una exagente israelí contactó a una de las principales acusadoras, la actriz Rose McGowan, haciéndose pasar por una militante de los derechos de la mujer.

Foto: La Prensa

Harvey Weinstein junto con el actor Kevin Spacey en una foto de archivo.

La mujer, empleada de la empresa privada de seguridad Black Cube, grabó en secreto horas de conversaciones con la actriz, que estaba a punto de publicar sus memorias, tituladas The Brave, cuyo contenido preocupaba a Weinstein.

El autor del artículo, Ronan Farrow, que hace un mes publicó las primeras denuncias

de violación en contra del productor, indicó que este “ejército de espías” fue desplegado desde 2016.

El artículo cita docenas de documentos y a siete personas involucradas directamente en los esfuerzos del productor para evitar cualquier publicación en su contra.

Además de Black Cube, dirigida por exagentes de inteligencia israelí que cobró al menos 200,000 dólares por sus servicios, el productor contrató otra empresa similar, Kroll, que halló 11 fotos del productor con McGowan después de la presunta agresión para desacreditarla.

Foto: La Prensa

La actriz Rose McGowan fue una de las primeras en denunciar a Harvey Weinstein.

Ficción

La agente que contactó a McGowan también contactó a periodistas que investigaban el caso, como Ben Wallace de New York Magazine para ver qué información tenía.

Weinstein y su equipo querían saber qué información manejaba la prensa y al mismo tiempo investigaban a los propios reporteros, indagando en su vida personal para tener material para contradecirlos, desacreditarlos o intimidarlos.

En el caso de Wallace, buscaron información sobre su exesposa. El periodista aseguró que nunca había experimentado tanta presión para interrumpir un artículo, que al final la revista decidió no publicar en enero de 2017 porque nadie habló ‘on the record’.

Weinstein, investigado por la Policía de Londres, Nueva York y Los Ángeles, “personalmente monitorizaba el progreso de estas investigaciones”, usando inclusive a “exempleados de su estudio para conseguir nombres y hacer llamadas que algunos sintieron “intimidatorias”, añadió el texto.

Weinstein también recibió información del director de contenido de American Media Inc. que publica el National Enquirer, Dylan Howard, que usó a uno de sus reporteros para llamar a la exesposa de un director que tuvo un romance con McGowan para que dijera cosas negativas sobre la actriz.

“Tengo algo maravilloso”, le escribió Howard en un correo electrónico. “Excelente, sobre todo si mis huellas dactilares no están en ello”, respondió Weinstein.

En algunos casos las investigaciones eran conducidas por los abogados de Weinstein, como David Boies.

“Boies ordenó a Back Cube de encontrar información que detuviera la publicación del New York Times” mientras su firma representaba al diario en otro caso de difamación.