La cantante Katy Perry no tiene ninguna intención de convertirse en la próxima 'Simon Cowell' de ese subgénero televisivo que conforman concursos cazatalentos como 'Factor X', 'La Voz' y el que ahora cuenta con la estrella del pop como una de sus nuevas juezas: 'American Idol'.
De hecho, a diferencia del productor y magnate discográfico británico, conocido por la forma tan implacable y sarcástica que tiene de rechazar a aquellos concursantes que no le agradan, la diva estadounidense optará por un estilo mucho más 'constructivo' y benevolente a la hora de evaluar a los aspirantes.
'No creo que ninguno de nosotros (en referencia a sus compañeros en el panel, Lionel Richie y Luke Bryan) crea que ser cruel sirva para algo. Lo que de verdad defendemos es la crítica constructiva. A nadie le conviene una actitud hostil y ofensiva, y nosotros de verdad lo entendemos porque en algún momento de nuestras carreras nos hemos encontrado en esa posición', explicó en un evento promocional de la nueva temporada.
Sin embargo, la diva estadounidense no solo está en el programa para apoyar a los participantes, la cantidad de dinero que recibe de sueldo es nada despreciable: 25 millones de dólares, según el pais.com.
Esa cantidad ha causado revuelo, sobre todo para los productores del programa que han tenido que ajustar su presupuesto.
Pero el lío es mayor para sus compañeros: Lionel Ritchie y Luke Bryan, quienes al parecer llegaron a un acuerdo de siete millones de dólares cada uno, cifra que lograron al pedir un aumento tras enterarse de lo que ganaría Perry, afirma el medio español.