Los programas de vivienda social promovidos por el Gobierno a través de la Comisión Nacional de Vivienda (Convivienda) representan la oportunidad para que el sector de la construcción hondureña supere la mala racha que atraviesa hace casi cinco años.
Jorge Corleto, director general de Vivienda de esta institución gubernamental, explica a LA PRENSA las razones esenciales por las que es necesario seguir integrando la participación ciudadana en el desarrollo de los proyectos.
En el país, el déficit habitacional en vez de bajar ha ido creciendo porque la oferta es menor con respecto a la necesidad. El porcentaje de juventud en el país es bastante alto y estos pretenden formar un hogar. Está creciendo el déficit habitacional y el hacinamiento se está haciendo más grande, debido a jóvenes que siguen viviendo con sus padres, porque no tienen opciones de acceder a un crédito para una vivienda digna. El presidente Juan Orlando Hernández está interesado en apoyar la vivienda para evitar que el problema crezca.
Las familias de bajos ingresos prefieren dejar de comer para pagar su casa porque es algo transversal que tiene que ver con la salud, educación y el mejor vivir. La vivienda social está muy enganchada a todos los ejes que promueve el Gobierno. El mandatario ha entendido que la construcción es uno de los motores del desarrollo económico. Ese sector promueve la dispersión de la economía porque a través de ella se lanzan proyectos que atacan de forma directa la pobreza, por un lado, y por otro reduciendo el déficit habitacional.
A través de Convivienda se está motivando a los desarrolladores de vivienda social a facilitar la aprobación de los proyectos y que estos promuevan tasas de interés más bajas. Uno de los productos financieros que Convivienda ofrece es el Bono ABC y la dinámica de esta iniciativa es interesante. La “A” significa el aporte del usuario, que representa un 5% de ahorro en calidad de prima; la “B” es el bono que da el Gobierno que va desde L45 mil a L60 mil en función del salario y la “C” es el crédito que obtiene de una entidad financiera, con un interés preferencial de 9.70% pagaderos en 20 años para la cancelación de hipotecas.
Ese programa es para las personas que ganan desde medio salario mínimo hasta cuatro salarios mínimos. El bono que se da de L40 mil es para los que devengan desde medio salario mínimo a dos salarios. De dos a tres salarios mínimos es de L60 mil. Esta nueva política que está impulsando el Gobierno amplió las bases de los salarios para poder acoger a más familias que puedan gozar de estos beneficios que da Convivienda.
Se ha creado un seguro de crédito que se llama Garantía Recíproca. Este será gestionado por Confianza, una institución de Gobierno que garantizará el crédito durante doce letras en caso que el usuario no pueda pagar su vivienda. Estas herramientas garantizan a los bancos el crédito de las familias y así permiten alejar ese fantasma de riesgo que persistía en estos proyectos.
No sé qué estrategia va a seguir el Gobierno para contrarrestar esta situación. En ese caso, mi recomendación sería liberar la importación de cemento. Esto significa que apruebe la compra de este producto en otros mercados para adquirirlo a un mejor precio y ser así más competitivos.
Esto no abona a los programas de vivienda social que está promoviendo el Gobierno del presidente Juan Orlando Hernández porque encarece el costo de las viviendas y aleja de las familias de bajos ingresos la posibilidad de acceder a mejores precios de casas. La escalada de precios no tiene caso por ahora que el precio del petróleo está en sus niveles históricos más bajos.
