07/05/2024
11:54 PM

Uruguay corteja inversiones para usos no recreativos de la marihuana

El país sudamericano es el único país en el mundo que regula en su totalidad la industria del cannabis.

Montevideo, Uruguay.

Uruguay no quiere que los tu­ristas acudan en masa a su terri­torio en busca de marihuana ba­rata. En lugar de ello, espera que su condición de único país que regula en su totalidad la indus­tria del cannabis lo transforme en un imán para la inversión en usos medicinales y otras aplica­ciones de la planta.

Los líderes y los activistas del mundo a ambos lados del debate sobre la legalización de la droga miran de cerca el experimento del presidente José “Pepe” Mu­jica con la regulación estatal del uso de la marihuana para fines recreativos, medicinales e in­dustriales, como textiles y papel fabricado a partir del cáñamo, la fibra de la planta.

Empresarios de Nueva Ze­landa, Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña han visitado Uru­guay y expresado su interés en in­vertir una vez que las normas que regulan la producción entren en vigencia, señaló en una reciente entrevista Julio Calzada, secre­tario general de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay.

El funcionario informó que más de un centenar de inver­sionistas, grandes y pequeños, han sostenido reuniones infor­males con el gobierno sobre los usos medicinales y no medicina­les del cannabis. Calzada añadió que las primeras inversiones en la marihuana con fines médicos podrían anunciarse este año, aunque declinó divulgar los nombres de las compañías.

La ley uruguaya de la mari­huana ha generado polémica entre algunos inversionistas, incluyendo nombres reconoci­dos de la industria de la hierba en Canadá y Europa. El cannabis puede ser usado legalmente en varios países y algunos estados de EE.UU. para reducir la náusea que provoca la quimioterapia y aliviar el dolor.

Un ejecutivo de uno de los principales productores de ma­rihuana con fines medicinales, quien solicitó el anonimato por motivos regulatorios, dijo que empresarios se habían acerca­do a la compañía con la idea de trabajar en Uruguay.

El direc­tivo, no obstante, manifestó su preocupación de que el país esté uniendo en la misma legislación el uso del cannabis para fines me­dicinales y recreativos, lo que re­presenta un riesgo para la repu­tación de las empresas que hacen investigación de los usos medi­cinales de la marihuana.

PharmaCan Capital, un ban­co mercantil de Canadá que ha invertido en dos empresas de cultivo de marihuana para fines medicinales, sigue de cerca los acontecimientos en Uruguay. Por el momento, sin embargo, la firma divisa mejores opor­tunidades en el mercado cana­diense, que cuenta con el res­paldo del gobierno, señaló Paul Rosen, presidente ejecutivo de PharmaCan Capital.

Los comentarios de Calzada acerca del interés de los inver­sionistas en Uruguay se realiza­ron después de que el gobierno de Mujica publicara este mes las normas sobre cómo la nación de 3,3 millones de habitantes su­pervisará la producción y venta de la marihuana.

La ley uruguaya de la mari­huana ofrece certeza a los in­versionistas y una oportunidad para el desarrollo de nuevas in­dustrias, dijo Mujica en una en­trevista realizada en abril con The Wall Street Journal.

Mujica, un ex guerrillero que se desempeñó como ministro de Agricultura de un gobierno pre­vio, dijo que se podría experimen­tar y hacer negocios en forma le­gal, y calificó la marihuana como una planta de donde podrían sur­gir una multitud de industrias.

El año pasado, Mujica y la coalición de gobierno de centro-izquierda invirtieron una gran cantidad de capital político para lograr la aprobación de la ley de marihuana, pese a la oposición de dos tercios de los uruguayos.

El gobierno ha insistido en que el objetivo de la medida es pri­var a los narcotraficantes de una fuente clave de ingresos y, al mis­mo tiempo, recaudar fondos para tratar a los adictos y educar a la población acerca de las drogas.

Algunos líderes de América Latina, un frente de batalla en la guerra contra las drogas respal­dada por EE.UU., han manifes­tado su cansancio con políticas estrictas de prohibición. Hasta ahora, no obstante, Uruguay ha sido el único país en apartarse de las políticas prohibicionistas.

La nueva normativa de uso recreacional de la marihuana que entró en vigor este mes per­mite que los residentes de Uru­guay mayores de 18 años pue­dan cultivar hasta un máximo de 480 gramos de marihuana al año para consumo personal, ya sea por su cuenta o mediante clu­bes.

Los usuarios inscritos pue­den también comprar hasta 40 gramos de la hierba al mes, sufi­ciente para entre 60 y 80 cigarri­llos, por cerca de US$1 el gramo en farmacias autorizadas.

En junio, el gobierno pla­nea emitir hasta seis licencias a cultivadores privados que proveerán a fines de año a las farmacias autorizadas, informó Calzada. Posteriormente, los consumidores podrán hacer las primeras compras legales.

Las reglas que gobiernan los usos industriales del canna­bis estarían listas en unos dos meses, como máximo, mien­tras que la redacción de las le­yes para el uso de la marihuana con fines medicinales demorará unos cuatro meses, dijo Calza­da, quien dejó la puerta abierta para la exportación, aunque en­fatizó que el gobierno no trabaja en ese propósito exclusivamen­te.

Lo que está claro es que Uru­guay no quiere exportar canna­bis para fines recreacionales, ni permitir la llegada de turistas en busca de la droga.

El presidente Mujica aseveró que su gobierno no tiene el más mínimo interés en contribuir a la expansión del consumo de la marihuana en su forma psico­délica y fomentar el desarrollo de la adicción.