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Los bancos de Wall Street no logran seducir a Argentina con nuevos bonos

  • 24 julio 2014 /

A Argentina le quedan pocos amigos en el mundo financiero, pero eso no ha minado el interés de Wall Street por atraer de nuevo a ese país al mercado de bonos.

Nueva York, Estados Unidos.

A Argentina le quedan pocos amigos en el mundo financiero, pero eso no ha minado el interés de Wall Street por atraer de nuevo a ese país al mercado de bonos.

Las mayores firmas financieras pasaron buena parte del primer semestre de 2014 delineando rutas de escape para Argentina, que se encuentra sumida en una batalla le­gal contra algunos fondos de cobertura que amenaza con empujar al país a su segunda cesación de pagos en 13 años.

Un grupo de grandes bancos ofreció co­locaciones de bonos que habrían allanado el camino para llegar a un acuerdo con los lla­mados acreedores “holdouts” liderados por Elliott Management Corp. El plan no obtuvo la aprobación de los funcionarios argentinos, y no está claro cuán seriamente lo conside­raron, dada la amplia brecha que divide las posiciones del gobierno austral y los fondos y la limitada popularidad de las firmas finan­cieras globales en Argentina.

Aun así, el esfuerzo podría resultar en un éxito para Wall Street. Muchos analistas dicen que las firmas estaban buscando ante todo atraer nuevos negocios en momentos en que necesitaban buenas noticias. “Muchos bancos están ofreciendo activamente nego­cios a Argentina”, dice Tony Volpon, director de investigación de mercados emergentes en Nomura Securities. “Argentina fue el mejor cliente de Wall Street por 10 años y mucha gente cree que eso se puede repetir”.

Los esfuerzos del sector financiero subra­yan las comisiones lucrativas que los bancos podrían ganar en momentos en que sus in­gresos están bajo presión debido a un creci­miento económico débil, reglas más estrictas y un mayor escrutinio regulatorio. Argentina emitió bonos por US$56.000 millones entre 1995 y 2001, lo que generó un estimado de US$720 millones para los bancos que admi­nistraron la venta, según Dealogic.

Las ofertas de los bancos han sido impul­sadas en parte por una fuerte demanda de los fondos de inversión que se concentran en deuda en problemas. La iniciativa tam­bién socava la presunción del mercado de que los deudores morosos se convierten en unos parias internacionales que no pueden ser rehabilitados.

Si se llega a producir una nueva venta de bonos, “habrá mucha gente interesada y no­sotros seremos uno de ellos, dependiendo del precio”, señala Jonathan Kolatch, fundador de Redwood Capital Management LLC.

Bank of America Corp., Goldman Sachs Group Inc., J.P. Morgan Chase & Co. y UBS AG expusieron ante funcionarios argenti­nos sus propuestas de una potencial venta de bonos, de acuerdo con personas al tanto de la situación.

Los representantes argentinos pusieron fin a las conversaciones en junio luego de que la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos rechazó escuchar una apelación de Argenti­na, lo que, según los abogados del país, podría poner al gobierno en riesgo de incumplir una cláusula en sus bonos que promete tratamien­to igualitario para todos los tenedores de su deuda, dijeron personas al tanto.

Luego, al menos uno de los bancos presio­nó a Elliott, el acreedor líder en la pelea, para que considerara un acuerdo bajo el cual Ar­gentina compensaría los costos legales de los fondos que no aceptaron un canje de deuda, que se estima exceden los US$100 millones, dijeron las fuentes.

Por ahora, no parece evidente ni una venta ni ningún tipo de acuerdo. Funcionarios ar­gentinos se rehúsan a reunirse con los fon­dos en disputa y si las partes no llegaran a un acuerdo, el país entraría en default sobre un pago de más de US$800 millones que venció el 30 de junio y se encuentra en período de prórroga por 30 días.

Por más de una década, Argentina se ha negado a negociar con estos acreedores, a los que llama buitres, que se rehusaron a aceptar las reestructuraciones con las que más de 90% de los bonistas estuvie­ron de acuerdo. Últimamente, funcionarios del país han dicho que no pueden negociar debido a la cláusula de tratamiento iguali­tario, conocida como RUFO por sus siglas en inglés.

La cláusula, incluida en bonos por más de US$54.000 millones que Argentina emi­tió en las reestructuraciones de 2005 y 2010, estipula que cualquier acuerdo firmado an­tes de fines de 2014 con los acreedores que no aceptaron el canje sea ofrecido a aquellos que aceptaron las pérdidas en las reestruc­turaciones previas.

Analistas dicen que un nuevo bono podría facilitar un acuerdo similar al de US$5.000 millones que el país firmó con la petrolera española Repsol SA como pago por la expro­piación de su filial YPF. Argentina emitiría los bonos a los acreedores en disputa, que inme­diatamente los revenderían a otros fondos de cobertura a través de un banco de inversión, dijeron las fuentes al tanto.

Argentina enfrenta posibles reclamos por US$14.500 millones de acreedores como Elliott. Es poco probable que se haga un pago completo, dijeron analistas, pero el país po­dría necesitar en algún punto recaudar miles de millones de dólares en bonos para pagar a los holdouts.

En los últimos años, los fondos de cober­tura de EE.UU. se han abalanzado a la deuda de Argentina, en una apuesta a que la eco­nomía prosperará y que los precios de los bonos subirán cuando la presidenta Cristi­na Fernández de Kirchner sea reemplazada en las elecciones de 2015. Entre esos fondos están Fortress Investments, Hayman Capital Management LP, Monarch Alternative Capi­tal LP, Perry Capital, Redwood Capital, Silver Point Capital y Third Point LLC.