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La agotadora búsqueda de Microsoft

  • 06 febrero 2014 /

Ell gigante tecnológico llegó a tener una lista de unos 100 candidatos para asumir la presidencia ejecutiva.

Washington, Estados Unidos

Habían transcurrido cinco meses desde que Steve Ballmer anunció su renuncia a la presidencia ejecutiva de Microsoft Corp., y más de un año desde que la junta directiva había solicitado cambios más rápidos en el gigante tecnológico.

Por Shira Ovide, Monica Langley y Joann S. Lublin

La relación entre Ballmer y el cofundador y presidente de la junta, Bill Gates, atravesó altibajos durante el proceso y en ocasiones fue tensa, indicaron fuentes al tanto. La presión también se sintió al interior de la junta, donde algunos se irritaron por el escrutinio de los medios sobre el proceso de búsqueda.

El directorio había identificado más de 100 candidatos a la presidencia ejecutiva. Al final de cuentas, en un frío día de enero en Nueva York, la junta seleccionó a Satya Nadella, un ejecutivo que lleva 22 años en la empresa. La decisión llevó a una reorganización de la cúpula para producir el conjunto de habilidades que, en opinión de los directores, ninguna persona podía ofrecer por sí sola.

Gates dejará de inmediato el cargo de presidente de la junta, pero dedicará una tercera parte de su tiempo a la empresa, asesorando a Nadella o produciendo ideas de productos. John W. Thompson, un miembro de la junta que encabezó el proceso de búsqueda de presidente ejecutivo, asumiría como presidente del directorio. Y Ballmer hizo sus maletas, pero retendrá un puesto en la junta. La presión sobre Ballmer comenzó en enero de 2013 cuando la junta le exigió que acelerara la reestructuración de Microsoft, cuya acción languidecía a medida que la empresa perdía oportunidades en los mercados de nuevas tecnologías. En agosto, años antes de lo previsto, Ballmer anunció su salida.

Durante la búsqueda de un sucesor, la junta consideró las ventajas y desventajas de traer a un líder externo para lograr cambios, o seleccionar a un ejecutivo interno con conocimiento profundo de la cultura y los negocios complejos de Microsoft. El presidente de Ford Motor Co., Alan Mulally, estuvo en algún momento en los primeros puestos de la lista. Mulally, a través de un vocero, no quiso referirse al tema.

Durante una reunión de la junta el 14 de diciembre, algunos directores ya estaban agotados por los meses de trabajo, y les preocupaba que el proceso se estaba prolongando demasiado, afirmó una persona al tanto.

Días más tarde, Microsoft publicó un mensaje de Thompson, ex ejecutivo de 64 años de Symantec Corp. e International Business Machines Corp., quien dijo que la junta esperaba elegir a un nuevo líder para principios de 2014. Los analistas de Wall Street y algunos observadores de Microsoft interpretaron el anuncio como una señal de que la compañía no era un destino para un presidente ejecutivo interesante.

La empresa necesitaba un “reinicio”, que se podía lograr mejor con una mente brillante externa que aportara una visión nueva. Pero la empresa de 100.000 empleados tenía presencia en casi todas las partes del negocio de tecnología y los directores sabían que se necesitaría un gestor experimentado y estable para controlar el extenso terreno, indicaron personas al tanto. Pronto, los directores se dieron cuenta de que no había una sola persona que ofreciera todas las cualidades que buscaban.

La elección implicaría hacer concesiones. Las debilidades del presidente ejecutivo imperfecto serían compensadas por las fortalezas de otros dentro de Microsoft, indicaron personas familiarizadas con el proceso. Los directores habían hablado con Nadella, de 46 años, desde las etapas iniciales de la búsqueda. La junta se reunió el 19 de enero, según fuentes al tanto, y por casi seis horas evaluaron a cuatro candidatos internos y externos que habían llegado a la ronda final, afirmó una fuente.

Gates había dicho públicamente en noviembre que el próximo presidente ejecutivo de Microsoft tenía que sentirse cómodo dirigiendo una empresa repleta de empleados técnicos. Los directores, que también buscaban un enfoque al consumidor en el nuevo presidente ejecutivo, decidieron que Nadella cumplía estos requisitos y empezaron a negociar su contratación.

Tanto Gates como Nadella querían que el fundador de Microsoft fuera asesor tecnológico del nuevo presidente ejecutivo, pero sin abandonar su puesto en la junta directiva, indicaron personas al tanto.

Los miembros del directorio sintieron que la participación de Gates era crucial debido a su “presencia icónica en la industria”. En el lapso de una semana, Nadella cerró su acuerdo laboral. El lunes 2 de febrero, Ballmer terminó de mudarse de su oficina en el edificio 34, el complejo de Microsoft. Ballmer tuvo sólo unos momentos emotivos breves, pero sin lágrimas, cuando abandonó la empresa en la que había trabajado desde 1980.

El martes en la noche, las pertenencias de Nadella estaban listas para ser trasladadas a la oficina del presidente ejecutivo.