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La arena se convierte en el nuevo oro

  • 03 diciembre 2013 /

El auge energético en EE.UU. impulsa la demanda de este ingrediente que es clave en el proceso de fracturación hidráulica.

La competencia de perforación petrolera en Estados Unidos está creando otro auge: el de la arena, un ingrediente clave en la fracturación hidráulica o fracking.

Se prevé que las empresas energéticas utilicen este año 25,5 millones de toneladas de arena, la cual bombean dentro de los pozos de petróleo y gas natural para ayudar a fracturar la roca y permitir que el combustible fluya hacia afuera. Desde 2011, el uso de la arena ha aumentado 25%, según la firma consultora PacWest, que
proyecta un alza adicional de 20% a lo largo de los próximos dos años.

En Wisconsin, que genera la arena blanca que tiene las condiciones perfectas para la fracturación hidráulica, más de 100 minas y plantas de procesamiento de arena han recibido permisos, frente a sólo cinco en 2010, estiman las autoridades del estado.

Hace menos de diez años, U.S. Silica Holdings Inc. se concentraba en la arena para productos industriales y de consumo: vidrio para ventanas y pantallas de iPhone y iPad. Ahora, estos usos representan sólo la mitad de la arena que la empresa extrae y una participación incluso menor de los ingresos.

Durante los primeros nueve meses del año, 62% de las ventas de U.S. Silica, unos US$245 millones, fueron destinadas a empresas energéticas, comparado a 53% durante el mismo periodo en 2012 y 33% en los primeros nueve meses de 2011.

La fracturación hidráulica es elproceso que consiste en inyectar a alta presión una mezcla de arena, químicos y agua en un pozo para fracturar las densas formaciones rocosas y así permitir que el petróleo y el gas puedan salir a la superficie. La arena que se queda en el proceso de fracking mantiene abiertos los pequeños canales para que los combustibles fósiles puedan escapar.

Los operadores de ferrocarriles están transportando vagones llenos de arena a campos de esquisto, incluida la cuenca Permian en Texas y Nuevo México; la formación Bakken, en Dakota del Norte, y Marcellus Shale, en Pensilvania. Aunque pareciera que algunos de estos lugares tienen suficiente arena propia, muchas empresas de
fracturación hidráulica prefieren la arena blanca de Wisconsin, que es más grande y se caracteriza por granos más redondos que tienen una mayor capacidad de mantener abiertas grietas mayores.

La empresa ferroviaria estadounidense Union Pacific Railroad transportó 94.000 vagones de arena para fracking en el primer semestre del año, un alza de 20% frente al mismo periodo de 2012. U.S. Silica y BNSF Railroad están construyendo un centro de distribución de arena al sur de San Antonio, Texas, en la orilla de la formación rocosa Eagle Ford. U.S. Silica enviará cerca de 450.000 toneladas de arena cada año a ese centro desde Ottawa, Illinois, 135 kilómetros al sudoeste de Chicago, y Sparta, Wisconsin, unos 400 kilómetros al norte. “Son necesarios 25 vagones de arena, en promedio, para fracturar un yacimiento”, calcula Bryan Shinn, presidente ejecutivo
de U.S. Silica.

Las empresas están empezando a experimentar con el uso de cantidades incluso mayores de arena. La inyección de 3.600 toneladas de arena en un pozo en vez de la cantidad más típica de 1.800 toneladas podría agregar unos US$600.000 al costo por yacimiento, pero en algunos casos puede duplicar su producción, señala Matt Conlan, analista de Wells Fargo. La demanda por la arena llegó a un nivel tan alto el año pasado que los precios llegaron a un promedio de US$75 por tonelada. Sin embargo, el nuevo auge minero en Wisconsin ha contribuido a llevar esos precios de regreso a US$50, según PacWest.

Las empresas de servicios petroleros que fracturan pozos apuntalan los precios de la arena al añadir los costos de transporte a la factura final, lo cual puede triplicar el precio de la arena que pagan los operadores.

Pero el auge de la arena ha generado preocupaciones sobre la seguridad de los trabajadores, así como oposición local debido a las nubes de polvo que se forman en el aire por los camiones pesados que transportan la arena de las minas a las plantas de procesamiento y centros de almacenamiento ferroviarios.

Los de EE.UU. llama los gránulos finos liberados por la extracción de arena “sílice cristalizado respirable”, o polvo de sílice, el cual, asegura, está vinculado a la silicosis y el cáncer de pulmón.