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Pemex jugó un papel protagonista en el acuerdo entre Argentina y Repsol

  • 28 noviembre 2013 /

La reunión comenzó con una alta dosis de tensión, producto de una de las mayores expropiaciones de activos de petróleo de la historia reciente de América Latina.

Washington, Estados Unidos

La reunión comenzó con una alta dosis de tensión, producto de una de las mayores expropiaciones de activos de petróleo de la historia reciente de América Latina.

A una altura de treinta y tres pisos en Buenos Aires, los ejecutivos de las petroleras más importantes de México, Argentina y España se veían las caras en una larga mesa en la que también estaban sentados ministros de los gobiernos de Argentina y España para tratar de poner fin a una amarga disputa diplomática y legal.

Por Ilan Brat, en Madrid, Taos Turner, en Buenos Aires, y Juan Montes, en Ciudad de México Repsol SA, la empresa española cuya participación controladora en la argentina YPF SA había sido confiscada 19 meses antes, había exigido reparaciones por medio de un arbitraje internacional.

A los funcionarios argentinos les preocupaba que la disputa obstaculizara la capacidad del país para desarrollar sus enormes recursos energéticos. El ingreso de un tercero, Petróleos Mexicanos, o Pemex, logró juntar a las tres empresas en un solo lugar de la capital argentina el lunes, según asistentes al encuentro que se extendió durante
cuatro horas. Pemex buscaba un acuerdo que facilitara su acceso a los recursos de Argentina y amenazaba con desprenderse de parte de su participación de 9,3% en Repsol si la disputa se prolongaba.

El acuerdo preliminar alcanzado, que contempla el pago a Repsol de US$5.000 millones en bonos del gobierno argentino, beneficia los intereses políticos y comerciales convergentes de cada una de las empresas y de los países implicados, dijeron los participantes. “Todos ganan”, dijo el jueves Miguel Galuccio, presidente de YPF, un día después de que la junta directiva de Repsol aceptara un borrador del acuerdo y se mostrara dispuesta a negociar los detalles con el gobierno argentino.

Los 11 meses de trabajo tras bambalinas en pos de un acuerdo, “fue un esfuerzo en equipo” que contó con el apoyo crucial de los tres gobiernos, enfatizó. Para Argentina, el fin de la disputa eliminaría un enorme obstáculo legal que enfrentan YPF y los socios interesados en el desarrollo de las extensas reservas de petróleo y gas de esquisto del país sudamericano.

Para Repsol, a su vez, significaría una compensación por la pérdida de un activo clave. El valor es aproximadamente la mitad de los US$10.000 millones que Repsol había exigido, pero algunos funcionarios argentinos se oponían
a pagar un centavo, hasta que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se impuso.

Un acuerdo ayudaría a Repsol a mantener relaciones cordiales con México, un país que prepara una reforma que abriría sus reservas de petróleo y gas a la inversión extranjera por primera vez en 75 años. En el caso de Pemex, el acuerdo podría impulsar el valor de su participación en Repsol.

Fuentes cercanas indican que Pemex cree que el pacto podría ayudarla a acceder a Vaca Muerta, una gran formación de petróleo y gas de esquisto en el sur de Argentina. Fernández de Kirchner elogió el acuerdo preliminar en llamadas que realizó la noche del miércoles y el jueves para agradecerles al presidente mexicano, Enrique
Peña Nieto, y al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, por ayudar a que las partes enfrentadas se reunieran.

Su gobierno se juega mucho. En 2011, Argentina pasó a ser un importador neto de energía por primera vez en décadas. La compra de gas natural foráneo a precios internacionales está ayudando a reducir las ya escasas reservas de divisas del país.

El hallazgo de Vaca Muerta por parte de YPF ese año prometía una solución a los problemas energéticos del país. Argentina ahora es uno de los cinco países con más reservas de gas y petróleo de esquisto potencialmente
recuperables, según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos. El gobierno, sin embargo, carece del capital necesario para desarrollar las reservas en cantidades lo suficientemente grandes como para compensar la disminución global de la producción de petróleo y gas. Galuccio cree que un acuerdo con Repsol podría
atraer más inversión y pericia técnica, incluyendo la ayuda de Pemex para mejorar el rendimiento en los yacimientos maduros.

El pacto también podría mejorar el acceso de YPF a los mercados internacionales de capital. Argentina había ofrecido en dos oportunidades indemnizar a Repsol con participaciones en Vaca Muerta, señalaron fuentes cercanas. La empresa española las rechazó porque iban acompañadas de exigencias de invertir sumas considerables en Argentina, agregaron estas personas.

Pese a las objeciones de algunos miembros de su gabinete, Fernández de Kirchner propuso en los últimos meses pagar a Repsol algo más cercano a lo que estaba pidiendo, afirmó una persona familiarizada con las negociaciones.

Para ayudar a conseguir un acuerdo, Argentina acudió a su aliado en Pemex. Galuccio, de YPF, y Emilio Lozoya, presidente ejecutivo de Pemex, se volvieron amigos hace años cuando Galuccio trabajó en México con el gigante
estadounidense de servicios petroleros Schlumberger Ltd. Como una forma de ejercer presión, Pemex puso a la venta la mitad de su participación en Repsol y criticó abiertamente el manejo del conflicto del presidente de la petrolera española, Antonio Brufau.

El gobierno español insistió en una compensación para Repsol, pero asumió un papel secundario cuando la compañía siguió caminos legales. Luego Pemex les dio razones para jugar un papel más activo. A mediados de noviembre, el
ministro español de Energía, José Manuel Soria, entregó a Pemex y al gobierno mexicano un esbozo de la propuesta de Pemex. Luego viajó a Buenos Aires para la primera reunión cara a cara entre Repsol y el gobierno argentino desde la nacionalización.

La tensión inicial se fue disipando conforme avanzaban las negociaciones. El acuerdo estipula que Argentina pagará
US$5.000 millones en bonos soberanos a 10 años con una tasa de interés de entre 8,25% y 8,75%, dijeron
fuentes cercanas. El bono no pagará interés durante un período de gracia de varios años, pero Repsol podría venderlo en cualquier momento.