25/04/2024
08:49 PM

En la ciencia de los ascensores, la clave es el tiempo de espera

Uno presiona un botón y espera el ascensor. ¿Cuánto tiempo pasa hasta que se impacienta? Theresa Christy calcula que al cabo de 20 segundos.

Uno presiona un botón y espera el ascensor. ¿Cuánto tiempo pasa hasta que se impacienta? Theresa Christy calcula que al cabo de 20 segundos.

Como matemática inmersa en las teorías del transporte vertical en Otis Elevator Co., Christy, de 55 años, ha pasado los últimos 25 años desarrollando sistemas que hacen funcionar ascensores lo más perfectamente posible. “En general, el tiempo de espera es el factor más importante”, dice. “Lo que más odia la gente es esperar”, añade.

Inventados en el siglo XIX, los ascensores transformaron la vida urbana, los mercados inmobiliarios y el perfil de las ciudades en todo el mundo. Como investigadora en Otis, Christy trabaja en los problemas más difíciles y proyectos distintivos, como las Torres Petronas, de 452 metros de altura, en Malasia, el que durante un tiempo fuera el edificio más alto del mundo.

En el marco de una reciente actualización de US$550 millones del Empire State, el icónico edificio neoyorquino, le preguntaron a Christy si podría llevar a más gente a la plataforma de observación. Ella respondió que no podía subir más gente al ascensor, pero que podría moverlo más deprisa. Así, aumentó la velocidad de los ascensores en 20%, a 6 metros por segundo. Ahora, los elevadores pueden subir 80 pisos en cerca de 48 segundos, 10 segundos más rápido que antes.

Christy derriba un mito común: que los botones para cerrar la puerta no funcionan. A veces sí funcionan, otras no, dice. Depende del dueño del edificio. Los desafíos con los que lidia

dependen del lugar. En un hotel de la ciudad santa de La Meca, en Arabia Saudita, tiene que asegurarse de que los ascensores puedan sacar a la mayoría de la gente del edificio
cinco veces al día para rezar.

En Japón, los usuarios quieren saber inmediatamente qué elevador les corresponde, indicado con una luz y el sonido de un gong, incluso si tarda hasta 30 segundos en llegar. De esa manera, pueden hacer fila frente al ascensor correcto. Japón cuenta también, en opinión de Christy, con los mejores ascensores.

“Cuando uno se mete en un elevador allí, puede pensar que se ha estancado, debido a la suavidad de movimiento”, dice. Sin embargo, ese servicio conlleva gastos adicionales
y velocidades menores.

Espacio o velocidad Otro problema: ¿Cuántas personas caben en un ascensor? En Asia, el número de personas que entran en un elevador es mayor que en Europa o Nueva York, señala Christy; los occidentales prefieren más espacio personal. Cuando programa un sistema de ascensores, la ingeniera utiliza los diferentes pesos para la persona promedio por región. El
promedio estadounidense es 10 kilogramos más pesado que el chino.

Desde su oficina en Connecticut, escribe series de códigos que permiten que los ascensores hagan fundamentalmente el mayor bien a la mayor cantidad posible de gente, incluyendo al propietario del edificio, que tiene que asignar un espacio considerable para los huecos de hormigón que albergan a los elevadores.

A menudo, su trabajo implica ver programas de simulación computarizada que reproduzcan los posibles escenarios. “Siento como si me pagaran por jugar videojuegos. Veo la simulación
y lo que pasa, y luego trato de mejorar mi puntuación”, describe Christy.

Aquí hay un problema típico: Un pasajero en el sexto piso quiere descender. El elevador más cercano está en el séptimo piso, pero lleva a tres personas y ha hecho dos paradas.

¿Es la decisión correcta hacer que ese ascensor haga una nueva parada? Ese sería el mejor resultado para el usuario del sexto piso, pero haría más largo el viaje para
los demás.

Para Christy, son problemas matemáticos sin soluciones óptimas. En el mundo real, hay tantos parámetros y combinaciones que todo cambia tan pronto como otro usuario presiona un botón.