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Petrobras celebra alza en la producción de crudo presal

  • 07 agosto 2014 /

La producción de los yacimientos presal superó los 500.000 barri­les de petróleo al día, casi el triple frente a 2012.

Río de Janeiro, Brasil.

Cuando en 2007 la petrolera estatal brasile­ña Petróleo Brasileiro SA anunció el mayor hallazgo de su historia, el entonces presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, bromeó que eso comprobaba que Dios era brasileño.

Las nuevas cifras de produc­ción están haciendo que muchos ejecutivos empiecen a pensar que el ex mandatario tenía razón. La producción de los yacimientos presal superó los 500.000 barri­les de petróleo al día, casi el triple frente a 2012 y ahora equivale a casi una cuarta parte de la pro­ducción total de Petrobras, que asciende a dos millones de barri­les diarios.

Se trata de un incremento vertiginoso para Petrobras y se produce en una de las zonas más difíciles del mundo para extraer crudo. Los depósitos se ubican a unos 320 kilómetros del litoral sudeste de Brasil enterrados en el fondo marino, debajo de una densa capa de sal.

“En términos de productivi­dad y de la rapidez con que Pe­trobras ha pasado de cero barriles al día a 500.000 barriles diarios, no tiene precedentes”, dice Rua­raidh Montgomery, analista de la firma de estudios petroleros Wood Mackenzie.

Los avances en los yacimientos presal son muy necesarios para compensar el declive en la pro­ducción en los campos ya madu­ros de la empresa. El año pasado, la producción total de Petrobras descendió a 1,93 millones de ba­rriles equivalentes de petróleo al día, frente a 1,98 millones en 2012. Este año, conforme los yacimien­tos presal producen más crudo, la producción general ha subido. En junio, se ubicó en 2,008 millones de barriles por día.

La empresa con sede en Rio de Janeiro tiene programado dar a conocer hoy sus resultados del segundo trimestre.
Brasil quiere aprovechar el auge presal para convertirse en uno de los cinco mayores produc­tores de crudo para 2020, cuando prevé generar unos cuatro millo­nes de barriles diarios. Para con­quistar esa meta tan ambiciosa, sin embargo, Petrobras tiene que superar obstáculos tanto en el pla­no financiero como en el técnico.

La rentabilidad de la empresa es exprimida por el gobierno, que la obliga a vender gasolina impor­tada por debajo del costo para combatir la inflación. También ha asumido grandes deudas para financiar actividades de explora­ción y desarrollo y se ha converti­do en la petrolera grande más en­deudada del mundo. La compañía proyecta gastar US$102.000 mi­llones en el área presal para 2018, a lo que hay que añadir decenas de miles de millones para desarrollar estas reservas por completo.

Por si esto fuera poco, Petro­bras tiene que hacerlo todo por su cuenta. Las estrictas normas para compartir la producción impues­tas por el gobierno exigen que la empresa sea el único operador en todos los proyectos presal y tenga una participación mínima de 30%. Tales condiciones han desalenta­do el ingreso de la mayoría de las grandes petroleras, que han opta­do por dirigir sus recursos hacia otros países. En la primera, y has­ta el momento única, licitación de los yacimientos presal hubo sólo una oferta de un consorcio lidera­do por la propia Petrobras.

La situación de los codiciados yacimientos presal en Brasil está en las antípodas de lo ocurrido con el auge de los combustibles de esquisto en Estados Unidos, donde el gobierno ha abierto las puertas de par en par a to­dos los interesados. A cambio, ha recibido regalías más bajas, pero ha fomentado un auge de hidrocarburos y pasado a tener una mejor seguridad en el frente energético.

De todos modos, no cabe duda que los hallazgos presal han re­configurado el mapa de la energía brasileña. Ahora hay más plata­formas que operan en aguas pro­fundas, buques de aprovisiona­miento, producción flotante y unidades de almacenamiento en Brasil que en cualquier parte del mundo.

Se estima que las dos prin­cipales cuencas tendrían unos 50.000 millones de barriles de petróleo recuperables. El mayor yacimiento, bautizado Lula por el ex presidente, cuenta con reser­vas estimadas de 8.000 millones de barriles de petróleo, unas ocho veces más que el mayor campo marino del Golfo de México.

Para acceder al petróleo, sin embargo, Petrobras ha inverti­do miles de millones de dólares en investigación, tecnología de punta de imágenes tridimensio­nales, la renovación de sus bu­ques y la compra de helicópteros más grandes para trasladar a los empleados y a los equipos a las plataformas.

También tuvo que recurrir a nuevas técnicas de perforación para acceder a los campos, que pueden estar a unos 6.000 metros por debajo del lecho marino. La capa de sal, que está en constante movimiento, llega a tener un gro­sor de casi 2.000 metros.

Los agujeros perforados en la sal pueden volverse a cerrar por su cuenta, de modo que se necesita un tipo especial de ba­rro para mantenerlos abiertos. Asimismo, cuando se trabaja a tales profundidades, la tempe­ratura varía del frío extremo al calor. El gas en los yacimientos presal es especialmente corrosi­vo, por lo que hay que usar tube­ría de acero especial.

“Producir en estas condi­ciones es algo que no ha hecho nadie”, observa Edmundo Mar­ques, director general de explo­ración de Ouro Preto Óleo e Gás, una petrolera independiente de Rio de Janeiro, y ex ejecutivo de Petrobras.

El próximo desafío de Petro­bras reside en sus actuales yaci­mientos petrolíferos maduros, cuya producción cae rápidamen­te. Eso ejerce presión para que la empresa mantenga su racha ga­nadora en los yacimientos presal para cumplir sus metas de pro­ducción. “Es una carrera, confor­me los viejos gigantes están en declive”, señala Bob Fryklund, es­tratega jefe de exploración y pro­ducción de la consultora IHS. Una portavoz de Petrobras indicó que la tasa de declive en los campos maduros de la petrolera es menor a los parámetros internacionales para esta clase de yacimientos.