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Más empresas se desconectan de la red eléctrica en EUA

  • 18 septiembre 2013 /

La generación propia de energía preocupa a las compañías de servicios públicos en EE.UU.

Washington, Estados Unidos

Por Rebecca Smith y Cassandra Sweet

En una colina a la orilla del río Susquehanna, en una zona rural del estado de Pensilvania, en Estados Unidos, dos grandes turbinas de viento generan electricidad para Turkey Hill Dairy. Con este método, el fabricante de helados y bebidas, filial de Kroger Co., ha logrado ahorrar 25% en su gasto energético en los dos últimos años.

Al otro lado del país, en un gran centro de distribución de alimentos de Kroger en Crompton, estado de California, un sistema de tanques instalado este año usa bacterias para convertir 150 toneladas diarias de restos de verduras y pan y otros desechos orgánicos en un biogas que se quema in situ para producir 20% de la electricidad que utiliza.

Estos dos proyectos, más la generación eléctrica de los paneles solares en cuatro supermercados Kroger y algunos esfuerzos de conservación de energía, le están ahorrando a la empresa de Cincinnati US$160 millones al año en electricidad, señaló Denis George, su gerente de energía. Esa respetable cantidad no llegará a los bolsillos de las compañías de servicios públicos.

Cada vez más empresas en todo EE.UU., desde grandes minoristas hasta fabricantes de alta tecnología, están generando su propia energía. Desde 2006, la cantidad de unidades de generación de electricidad en complejos comerciales e industriales aumentó más de cuatro veces.

Expertos indican que la tendencia está cobrando impulso, gracias a un descenso de los precios de los paneles solares y del gas natural, así como al temor a que aumente la frecuencia de los cortes de energía causados por fuertes tormentas, como el huracán Sandy.

El creciente número de compañías que son, al menos parcialmente, autosuficientes energéticamente está poniendo nerviosa a la industria de servicios públicos, ya que la tendencia amenaza sus ingresos y perspectivas de crecimiento, según un informe de este año del Instituto Eléctrico Edison, una asociación del sector.

Ejecutivos de la industria se hacen una pregunta inquietante: “¿Voy a quedarme sentado y aceptarlo y acabar cuidando de un museo, o voy ingresar en este negocio (que está surgiendo)?”, planteó Nick Akins, presidente ejecutivo de American Electric Power Co. (AEP), una gran empresa de servicios públicos de Ohio. AEP considera ayudar a sus clientes a instalar sus propios equipos generadores.

La producción de energía propia aún representa menos de 5% de la generación de electricidad en EE.UU. Pero está socavando algunas de las ventas que les resultan especialmente rentables a las empresas de servicios públicos. Y algunas de las compañías que ingresan al negocio creen que se están acercando a un punto conocido como “nivel de paridad con la red”, en el cual generar la energía podría ser tan barato como comprársela a una empresa de servicios públicos.

Desde 2007, cuando se instalaron los primeros paneles solares en los techos de sus tiendas en California, el costo de instalación de los sistemas de Wal-Mart Stores Inc. han caído desde entre US$6 y US$8 por vatio de capacidad a unos US$3,50 por vatio, sostiene David Ozment, director de gestión energética del gigante minorista. El ejecutivo indicó que prevé que “en menos de tres años”, Wal-Mart pagará lo mismo por la energía solar que por la energía de servicios públicos, lo que abre la puerta a la expansión solar. Wal-Mart produce alrededor de 4% de la electricidad que usa pero planea generar 20% para 2020.

La generación de energía propia no es una idea nueva. Existía antes de la creación de las redes eléctricas —el sistema interconectado de plantas de electricidad, subestaciones y cables de transmisión que transportan la energía a miles de kilómetros— a comienzos de la década de 1920.

Pero durante la mayor parte de los últimos 50 años, la práctica se asoció principalmente con ubicaciones remotas o instalaciones industriales, como las refinerías de petróleo, que generaban grandes cantidades de calor desperdiciado que podía canalizarse para producir energía.

Casi de la noche a la mañana, este mercado de nicho se volvió popular entre todo tipo de empresas. Hace seis años, Google Inc. llamó la atención al instalar grandes paneles solares sobre su complejo de Silicon Valley en California. Otras empresas tecnológicas siguieron su ejemplo, ávidas por asegurar la provisión eléctrica necesaria para sus servidores de alto consumo y cumplir con sus metas de sustentabilidad.

Apple Inc. ahora obtiene 16% de su electricidad de paneles solares y células de combustible que operan con biogas. El centro de datos de Apple en Carolina del Norte genera toda la energía que consume, según una vocera de la compañía.

La planta de ensamblaje de BMW AG en Carolina del Sur, que fabricó 300.000 vehículos el año pasado, recibe la mitad de su electricidad de un centro energético cercano que quema metano que le llega desde un basurero. Un informe de la Casa Blanca divulgado en agosto estimó que los cortes de energía causados por el mal tiempo le costaron a la economía de EE.UU. entre US$18.000 millones y US$52.000 millones al año en productividad perdida entre 2003 y 2012.