27/04/2024
09:42 PM

El futurólogo que enseña a leer a las computadoras

ray Kurzweil ha estado enseñando a las computadoras a leer mejor, en lo que constituye un paso más en la marcha del progreso tecnológico. El inventor y futurólogo de 66 años cree que para el año 2030 las computadoras no solamente podrán entender el lenguaje oral común y corriente, sino que también exhibirán emociones.

El paso siguiente es la “singularidad”, un término que Kurzweil popularizó hace casi una década y que alude al punto en que los humanos y las computadoras se fusionarán en un solo ser. Eso ocurrirá en 2045, predice, cuando la inteligencia humana será mejorada por mil millones gracias a extensiones de alta tecnología para el cerebro.

Por ahora, como director de ingeniería de Google, un cargo que asumió en enero de 2013, Kurzweil se dedica principalmente a hacer que las máquinas entiendan lo que los científicos denominan lenguaje “natural”. Las computadoras no son tan buenas como los humanos a la hora de interpretar los contextos. Hoy, por ejemplo, una computadora podría escanear las palabras en un artículo y concluir que existe una probabilidad de 56% de que Barack Obama sea el presidente de Estados Unidos. Un ser humano, en cambio, puede leer la misma nota y determinar que Obama es el presidente de EE UU con una certeza casi absoluta. Kurzweil desarrolla programas de software que les permitirían a las computadoras entender el lenguaje en términos conceptuales, en lugar de solo por unas palabras clave. La meta a corto plazo es crear una función de búsqueda en Google mejor y más conversacional.

¿Quién es?

Kurzweil tiene un largo recorrido en el mundo de la tecnología. A los cinco años decidió que quería ser inventor. Estudió en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, donde fundó su primera empresa de software cuando cursaba su segundo año.

Desde entonces ha formado varias compañías e inventado una máquina que leía en voz alta un documento impreso a personas ciegas, entre otros avances. También ha adquirido fama gracias a sus libros sobre inteligencia artificial como La era de las máquinas espirituales y La singularidad está cerca.

En su último libro, Cómo crear una mente, publicado en 2012 en EE UU, Kurzweil postula la construcción de una extensión sintética del cerebro con el fin de conectarlo a la nube. Cree que unos nano robots podrán, algún día, recorrer nuestros capilares y que computadoras del tamaño de una célula nos conectarán a la nube al igual que nuestros teléfonos inteligentes lo hacen en la actualidad.

Kurzweil añade que Google no trabaja en el tema de los nano robots del cerebro. Pero imagina que una vez que las neo cortezas de nuestro cerebro se conecten a la nube, algo que ocurrirá en la década de 2030, según sus previsiones, esta conexión inalámbrica nos volverá mucho más inteligentes.

A Kurzweil también le interesan los asuntos de una índole más biológica. Ha escrito tres libros sobre salud y nutrición y cofundó una empresa que vende “productos de longevidad”, como suplementos y la idea de una extensión radical de la vida lo ha fascinado durante muchos años. Opina que los humanos lograrán prolongar la vida en forma indefinida, pero primero hay que cruzar tres “puentes”.

El primero es mantenerse saludables por mucho más tiempo. Para lograrlo, consume 120 vitaminas y suplementos al día, se inyecta nutrientes, de modo que su organismo los absorba mejor, toma té verde y hace ejercicio en forma regular. El régimen hace que su “edad” real sea de cuarenta y tantos, asegura.

El segundo puente es la reprogramación de nuestra biología, un proceso que comenzó con el proyecto del Genoma Humano y que abarca la regeneración del tejido mediante terapias de células madre y la impresión tridimensional de nuevos órganos.

Cruzaremos el tercer puente, indica, cuando incrustemos nano robots en nuestros cerebros que afectarán nuestra inteligencia y capacidad para experimentar nuestros entornos virtuales. Los nano robots en los organismos serán una extensión de los sistemas inmunológicos, predice, para identificar y destruir los patógenos que nuestras células no puedan aniquilar.

En todo caso, Kurzweil planea estar presente para lo que sea que nos depare el futuro. “La meta es vivir en forma indefinida”, asegura. Como plan de contingencia, preservará su organismo en forma criogénica, dice. Pero “el objetivo es que no sea necesario”.