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Los sueldos en EUA crecen a menor velocidad que la economía

  • 04 junio 2015 /

La tasa de desempleo en barias regiones pujantes en Estados Unidos está por debajo del nivel que tenía cuando la crisis financiera.

Columbus, Ohio, Estados Unidos.

La tasa de desempleo aquí y en otras pujantes regiones metropolitanas en Estados Unidos está por debajo del nivel que tenía cuando la crisis financiera dejó un agujero en la mayor economía del mundo en 2008. Ahora, muchos trabajadores estadounidenses preguntan: ¿dónde está mi aumento de sueldo? Las preguntas sobre el ritmo lento del crecimiento salarial no sólo desconciertan a los trabajadores sino también a economistas y autoridades de la Reserva Federal por su impacto sobre los hogares y la economía de EE.UU. en general.

Cuando cae la tasa de desempleo en EE.UU., las nociones convencionales de oferta y demanda predicen que los salarios subirán a medida que las firmas compitan por quedarse con la escasa cantidad de trabajadores disponibles, y hay señales de eso en algunos sectores. “La economía básica no cambió”, dijo Loretta Mester, presidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, en una entrevista. “Cuando el empleo crece, los salarios comienzan a crecer”.

Sin embargo, un análisis de The Wall Street Journal sobre datos del Departamento de Trabajo de EE.UU. señala limitaciones persistentes en los sueldos, aun cuando la economía de ese país se acerca al pleno empleo. Según el análisis, en 33 áreas metropolitanas de EE.UU. de todos los tamaños las tasas de desempleo y las nóminas no agrícolas regresaron el año pasado a sus niveles previos a la recesión. En dos tercios de esas ciudades, el crecimiento salarial estuvo por detrás del ritmo previo a la recesión. Algunos de los motivos:

• Las empresas acuden a grupos de trabajadores que han desaparecido de las cifras de desempleo. Hasta que se agote esta oferta laboral invisible, los salarios podrían mantener un lastre.

• La competencia de otros países podría llevar a las empresas a no subir los sueldos por temor a perder ventas ante firmas extranjeras con precios más bajos.

• Secuelas psicológicas que quedan de una recesión que terminó hace mucho, que podrían impedir que suban los sueldos aunque haya menos desempleo.

• Bajo crecimiento de la productividad, que limita el incentivo de las empresas para dar aumentos. Estas y otras barreras a las mejoras salariales están generando un debate dentro de la Fed, conforme los funcionarios consideran subir las tasas de interés este año.

Una vez que la tasa de desempleo baje lo suficiente, el banco central debe protegerse contra una inflación descontrolada al restringir salarios y precios por medio de un aumento de tasas que limite el crédito y el crecimiento.

La Fed se arriesga a cometer un error si hace una lectura equivocada de la interacción entre desempleo, salarios e inflación al subir las tasas demasiado pronto o demasiado tarde, antes o después de que el alza de precios eche raíces. Los salarios subieron 2,6% en el primer trimestre de 2015 frente al mismo período del año pasado, el mayor incremento desde 2008, según el Departamento de Trabajo. Varias empresas estadounidenses, incluidas Wal-Mart Stores Inc., Target Corp. y McDonald’s Corp., han anunciado aumentos de sueldo en los últimos meses.

De todos modos, aun cuando haya pleno empleo, expertos advierten que las alzas salariales anuales de 4% o más, comunes antes de la recesión, probablemente serían reemplazados por aumentos de 3% a 3,5%. Para los trabajadores, esas diferencias son significativas. Una familia que gana US$100.000 al año, por ejemplo, elevaría sus ingresos a US$148.000 en una década con aumentos anuales de 4%; los ingresos anuales crecerían a US$134.000 en el mismo período con alzas de 3%.

El estancamiento salarial es un problema de larga data para la clase media estadounidense. El ingreso medio de los hogares, en términos reales, fue de US$51.939 en 2013, apenas por encima del nivel de 1988, cuando era de US$51.514. Ese lento crecimiento es parte del problema: ajustados por inflación, los ingresos de los empleados no calificados subieron apenas 0,3% al año en los últimos 25 años.

Kimball Midwest, una distribuidora de productos de mantenimiento con sede en Columbus, aumentó dos veces en los tres últimos años el salario básico de los trabajadores de su depósito. La última vez fue un alza de US$1 la hora, a US$13, a mediados de 2014. “Para conseguir gente de más calidad”, dice el director operativo, Dave McCurdy, “tuvimos que subir los sueldos”. La empresa, sin embargo, no siente la misma presión por ofrecer aumentos que antes de la recesión, cuando se otorgaban alzas de 4% o 5% al año. Ahora, señalan ejecutivos, están más cerca de 3%. El departamento de recursos humanos descubrió que había más trabajadores disponibles de lo que sugería la tasa de desempleo, agrega McCurdy.

Ke’Ron Gavin, de 41 años, fue contratado por Kimball Midwest a fines del año pasado. Había sido despedido de una fundición de acero de Columbus en 2010, y dijo que pasó más de cuatro años buscando un trabajo estable. “No tienes ningún margen” para pedir aumentos cuando pasas de un empleo temporario a otro, asevera. La tasa de desempleo de EE.UU., de 5,4% en abril, no está lejos del nivel de 4,8% que promedió en los tres años previos a la recesión.

Economistas prevén que el desempleo de mayo se mantenga en 5,4%. Sin embargo, aun en regiones donde la tasa de desempleo volvió a niveles previos a la recesión, los aumentos de sueldo en general fueron pequeños, halló The Wall Street Journal. En Columbus, aunque el desempleo cayó a 4,8% el año pasado, los aumentos de salarios en la zona en 2014 promediaron 2,7% hasta septiembre, por debajo del promedio de EE.UU. de 2,9% en el mismo período. Desde 2005 a 2007, los incrementos anuales promediaron 3,4%. Los negocios van bien en la planta de Stanley Electric U.S. Co. en London, a media hora de Columbus, donde 1.575 trabajadores fabrican luces para autos, principalmente para Honda Motor Co. Encontrar trabajadores no ha sido fácil, afirman la empresa, que se ha esforzado por atraer profesionales, aunque no demasiado. La firma compite con otros fabricantes en EE.UU. para conseguir trabajadores, pero debe cuidar los salarios porque también compite con fábricas en otros países que pagan salarios bajos.

Para muchos en Columbus y otros lugares, el desempleo baja más rápido que el temor al desempleo. “Hay muchas personas que sólo quieren volver a trabajar, y aceptan cualquier salario”, dice Suzanne Coleman- Tolbert, presidenta ejecutiva de Central Ohio Workforce Investment Corp., una organización sin fines de lucro.