29/04/2024
07:10 AM

Los dueños de viviendas en Brasil quieren hacer su agosto en junio

Los brasileños aprovecharán la llegada de aficionados a su país que disfrutarán del Mundial Brasil 2014.

Brasilia, Brasil.

La casa de tres pisos y pa­redes de vidrio del ex eje­cutivo de modas Arif Noor sobresale en uno de los cerros de Rio de Janeiro tan empina­do que parece que sus balcones flotaran sobre el mar. Un jar­dín vertical de flora tropical se eleva desde un spa en la planta baja.

En una mañana reciente, una actriz y modelo brasileña llegó para una sesión de fotos. La casa de cinco habitacio­nes y ocho baños puede ser suya durante el Mundial de fútbol... por US$150.000 a la semana.

El torneo, que dura un mes y arranca el 12 de junio, se llevará a cabo en 12 ciudades anfitrio­nas en todo Brasil. El Ministerio de Turismo del país estima que 3,1 millones de brasileños y tu­ristas extranjeros asistirán a los partidos y las trasmisiones de la FIFA en lugares públicos, algo que se conoce como Fan Fest. Se prevé que Rio sea el destino más concurrido, con 554.000 visitantes.

Por eso, los propietarios buscan hacer su agosto. Algu­nas residencias de lujo en Rio han sido alquiladas por cientos de miles de dólares durante el mes del torneo, según agentes de bienes raíces locales.

El mayor acuerdo negocia­do para las cuatro semanas del Mundial hasta ahora por WhereInRio, la agencia de bie­nes raíces de lujo que admi­nistra la casa de Noor, alcanzó unos 1,5 millones de reales, o US$677.000, por un penthouse de tres piso en Ipanema, afirma el dueño de la agencia, Frederic Cockenpot.

El agente prefirió no nombrar al cliente ni al dueño de la propiedad, y resaltó que la discreción es clave para hacer negocios con el jet set.

Cockenpot cuenta que en su lista de visitantes para el Mun­dial hay un presidente africa­no y su equipo de 30 personas. Más allá de eso, anota, su em­presa busca clientes corpora­tivos porque es más probable que alquilen las propiedades por todo el mes.

La posibilidad de conse­guir estos negocios lucrativos desató una competencia entre los dueños de propiedades de lujo que esperan atraer a faná­ticos dispuestos a pagar mucho dinero.

“Todos los días recibo llama­das de 10 o 15 personas que bus­can casas para alquilar”, señala Sven dos Santos, un expatriado alemán de 33 años, cuya firma de bienes raíces, Agencia Hei­delberg, gestiona el alquiler de unas 180 propiedades en Rio.

En el inventario de la firma hay un penthouse de 320 me­tros cuadrados y tres dormito­rios en Copacabana. Ubicado a una cuadra de la playa con vista al océano, tiene una sala de es­tar aireada y una amplia terraza con un jacuzzi.

Dos Santos afir­ma que el apartamento ha sido alquilado durante la mayor par­te del torneo, pero aún le que­da una semana disponible por US$12.205.

La alta demanda también ha elevado los precios de propie­dades de menor categoría y ha generado cierta competencia cuestionable. Algunos hostales cobran US$100 o más la noche por una cama de camarote. Y los sitios web de alquiler están lle­nos de propiedades nada lujosas a kilómetros de distancia de las zonas turísticas populares. Esas ubicaciones incluyen campa­mentos, moteles y casas en las muchas favelas de la ciudad.

Como resultado, muchos tu­ristas regulares y viajeros de negocios han sido ahuyentados. Ahora que el Mundial se aproxi­ma con rapidez, algunas propie­dades no encuentran quien las alquile y los agentes dicen que los precios están cayendo.

Lo mismo sucede con las ta­rifas hoteleras. En enero, los ho­teles en Rio cobraban un prome­dio de 1.441 reales, o US$650, por una habitación para la no­che del 13 de julio, cuando la ciudad será anfitriona del par­tido final. Para mayo, ese precio había caído 41%, según el sitio web de comparación de precios Trivago.

Las excepciones a los pre­cios a la baja son las opciones de súper lujo, sostienen agentes de bienes raíces. Los dueños de estas propiedades pueden espe­rar que aparezca una opción lu­crativa.

Noor es uno de ellos. Le ven­dió una casa anterior en Los Án­geles al actor Ashton Kutcher por US$8,46 millones, según documentos públicos.

El ex ejecutivo dice que com­pró la casa en Rio para rentarla parte del tiempo. Pero más allá de la tarifa, Noor indica que quiere asegurarse de que los in­quilinos aprecien la propiedad. “Rechacé muchas ofertas”, ase­gura. “Si tiene una casa única, necesita una persona única”.

Incluso ahora, sus inquilinos —como muchos otros— tendrán que enfrentar inconvenientes fuera de sus magníficas man­siones. La vía empinada que conecta la casa de Noor con las playas, los restaurantes y vida nocturna de Rio, por ejemplo, está en mal estado. El viaje de 10 kilómetros a Leblon o Ipanema se demora mucho tiempo cuan­do el tráfico está pesado, y pasa por debajo de una de las favelas más grandes de la ciudad.

Ese tipo de problemas, y el contraste de la riqueza en me­dio de la pobreza, llevó a miles de brasileños a salir a las calles a protestar contra el Mundial, que consideran que se hará a ex­pensas de inversiones públicas en infraestructura, asistencia y servicios muy necesarios.

Para los visitantes acaudala­dos, los agentes inmobiliarios han sumado una larga lista de comodidades a algunos paque­tes. WhereInRio llevará a los viajeros a los eventos en heli­cóptero y ofrece servicios como viajes en yate y spa.
Cockenpot señala que su agencia enfrenta un desafío ex­tra en sus propiedades en Rio este año: encontrar suficien­tes generadores eléctricos de emergencia.

La peor sequía de Brasil en décadas redujo las reservas hi­droeléctricas del país. El gobier­no dice que no necesitará racio­nar energía, pero Cockenpot debe estar preparado.

“Los rusos, en particular, son muy exigentes”, indica. “En Brasil es difícil encontrar una propiedad de un nivel similar al de la Riviera francesa, así que no comprenderán si también hay un apagón”.