Colombia. El caso de las pensiones en El Salvador destaca entre los del resto de América Latina, porque en el país se ha centrado la discusión en la presión fiscal que implica el pago de las pensiones a los jubilados y se apartan del debate otros aspectos, como la cobertura y el fortalecimiento de las instituciones.
En el Séptimo Congreso de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones, los países latinoamericanos debaten cómo lograr que más personas ahorren para su vejez, cómo atender a quienes, por tener bajos recursos, no pueden hacerlo, en cómo la supervisión debe centrarse en el bienestar de los cotizantes, al igual que la inversión de los fondos en proyectos productivos y rentables, de modo que crezcan y se conviertan en pensiones más dignas. En el cierre del congreso, que se celebró entre jueves y viernes en Cartagena de Indias, los ponentes recordaron que muchos países lidian con deudas previsionales que fueron el resultado del paso de sistemas vde reparto –que poco a poco se fueron quedando sin reservas para atender a los nuevos pensionados–, a otros mixtos, o de capitalización individual.La deuda de pensiones en El Salvador es el equivalente al 10 % del Producto Interno Bruto (PIB).
