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El nuevo paraíso automovilístico

  • 26 agosto 2012 /

La crisis europea y la bonanza latinoamericana se conjugan para que el centro neurálgico del automóvil cambie de continente.

El auge del mercado de automóviles en América Latina se puede medir en segundos en Puebla, México. Allí se encuentra la segunda planta de producción a escala mundial del grupo alemán Volkswagen (VW), después de su planta matriz en Wolfsburgo.

También es la más grande de todo el continente americano. Cada 35 segundos sale un automóvil de su cadena de producción. 600 mil unidades en total espera producir Puebla en el año 2012, marcando así un nuevo récord.

Con todo, VW apenas puede satisfacer la demanda. “Trabajamos al límite de nuestras capacidades”, afirma Thomas Karig, vicepresidente de VW de México.

En 2011, VW amplió su capacidad productiva en Puebla. A principios de 2013 se pondrá en marcha la nueva planta de motores en Silao. Próximamente se espera también la decisión de Audi acerca de la sede para la nueva producción de motores en México. “La actividad inversora se mantiene a alto nivel”, señala Karig.

VW es considerado el fabricante extranjero de automóviles más mexicano, ya que se fabrica desde 1967 en Puebla y popularizó la motorización del país con el escarabajo, llamado allí cariñosamente Vocho, el cual se dejó de construir en 2003. Si hasta comienzos de los años 1980 casi toda la producción se comercializaba en México, hoy este porcentaje es de solo un 11%. Un 44% se exporta a Estados Unidos, el resto a Europa, América Central y del Sur o Asia.

El caso de la alemana no es la única. La japonesa Nissan también ha anunciado la expansión de sus operaciones en la nación azteca, la que se suma a las dos ya existentes en Cuernavaca y en Aguascalientes.

A inicios del año, el vicepresidente de Nissan Americas, Bill Krueger, dijo que la inversión será de 2 mil millones de dólares, y que la planta empezará a producir automóviles a partir de fines de 2013.

La planta producirá 175 mil unidades automotrices anuales, para alcanzar una cifra total de 800 mil vehículos, los cuales serán exportados a todo el mundo.

La ventaja clave de México son sus diez tratados de libre comercio con un total de 44 países –un récord mundial–, especialmente el acuerdo Nafta existente desde 1994 con Canadá y Estados Unidos.

Con las nuevas inversiones, la industria espera incrementar la producción de vehículos de actualmente 2.7 millones de unidades al año a entre tres y cuatro millones hasta 2015.

Brasil, el mercado tradicional

También Brasil está en auge, país que con sus 3.4 millones de vehículos producidos en 2011 es el fabricante más importante de automóviles en América Latina. Once productores han anunciado inversiones en nuevas capacidades de producción. Solo VW quiere invertir unos 2,500 millones de euros.

El grupo alemán piensa modernizar las tres plantas existentes y construir una nueva en Pernambuco. El éxito de Brasil, sin embargo, se basa en un principio diferente al mexicano: en el proteccionismo.

Brasil puede permitirse el lujo de imponer duras condiciones, porque el mercado interno, con sus 3.6 millones de nuevas matrículas al año, es cuatro veces superior al de México.

A largo plazo los riesgos en Brasil son mayores porque el proteccionismo afecta la competitividad. Por eso, expertos esperan que también Brasil apueste por el libre comercio.

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