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La Fed se inclina por un nuevo recorte en sus compras de bonos

  • 20 enero 2014 /

La Fed ha estado comprando bonos del Tesoro y deuda hipotecaria en su esfuerzo por reducir las tasas de interés a largo plazo.

Washington, Estados Unidos

La Reserva Federal de Estados Unidos se encamina a recortar su programa de compra de bonos por segunda vez en seis semanas luego de que un informe decepcionante sobre el empleo en diciembre no afectara su proyección de que la economía registrará un crecimiento robusto este año, según entrevistas y comentarios públicos de sus miembros.

Una reducción del programa a US$65.000 millones mensuales, desde los actuales US$75.000 millones, podría ser anunciada al final de la reunión del 28 y 29 de este mes, la última que presidirá Ben Bernanke.

La Fed ha estado comprando bonos del Tesoro y deuda hipotecaria en su esfuerzo por reducir las tasas de interés a largo plazo y estimular el gasto, el empleo y la inversión. El año pasado, la entidad gastó US$85.000 millones al mes en la compra de bonos. Bernanke sugirió durante una conferencia de prensa en diciembre que el banco central se inclinaba por seguir reduciendo las compras en dosis de US$10.000 millones en las reuniones posteriores, siempre y cuando la economía siguiera fortaleciéndose.

“Probablemente seguiremos el sendero de las reducciones graduales y moderadas en el ritmo de las compras, sobre el supuesto de que la economía seguirá encarrilada como esperamos”, dijo en una reciente entrevista el presidente de la Fed de San Francisco, John Williams.

La compra de bonos es una de las dos puntas de lanza de la Fed para impulsar la economía. La otra es mantener bajos los tipos de interés y se ha reanudado el debate al interior del organismo sobre la mejor manera de describir sus planes para cuando finalmente empiecen a subir las tasas a corto plazo.

La Fed informó en diciembre que las tasas de interés permanecerán cerca de cero “mucho más allá” de cuando el desempleo caiga a 6,5%. El banco central no tiene prisa para elevar los tipos de interés, pero conforme el desempleo se acerca a ese umbral, ven la necesidad de explicar mejor su postura sobre las tasas a corto plazo.

El Departamento de Trabajo informó que las empresas sumaron apenas 74.000 empleos en diciembre, una desaceleración frente a las ganancias promedio de 214.000 durante los cuatro meses anteriores. Muchos funcionarios de la Fed dudan de que la economía esté tan débil como sugiere el informe de diciembre.

Los datos pueden haber sido distorsionados por el mal clima o la variación estadística normal. Otros indicadores sugieren que la recuperación cobró fuerza durante el segundo semestre de 2013, impulsada en parte por un mayor consumo y una mejora del comercio.

“Es cierto que el informe de empleo de diciembre fue decepcionante”, reconoció la semana pasada el presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans, en un discurso en Iowa. Sin embargo, “datos recientes sobre la actividad económica en general han sido alentadores”. Agregó que probablemente el mercado laboral mejorará este año.

La Fed es reacia a cambiar los planes abruptamente o sin evidencia convincente.

Muchos funcionarios de la entidad están conformes con la forma en la que se ha llevado a cabo el plan de desmantelamiento del programa de compra de bonos, a pesar de la volatilidad del mercado el año pasado. Las acciones están en alza, la economía y el mercado laboral se han fortalecido y las señales de posibles burbujas en algunos rincones del mercado de bonos han disminuido.

Bernanke expresó un punto de vista más optimista en un discurso pronunciado en Filadelfia a principios de mes, cuando manifestó que los vientos en contra del crecimiento económico “pueden estar amainando”.

El banco central está especialmente complacido por la evolución de las tasas de interés en los mercados de futuros, donde los inversionistas apuestan a que no comenzarán a subir hasta 2015, en línea con las expectativas de la Fed. La entidad pasó meses el año pasado tratando de convencer a los mercados de que el final del programa de compra de bonos no presagiaba una campaña inminente para elevar las tasas a corto plazo.

De todos modos, la Fed tiene varios desafíos por delante, los cuales podrían dominar la agenda de las próximas reuniones.

El desempleo está disminuyendo mucho más rápido de lo que la Fed esperaba (llegó a 6,7% en diciembre). La caída se debe, en parte, a que muchas personas están dejando de buscar trabajo, por lo que no se contabilizan como desocupados. Esto tiene distintas interpretaciones. La menor proporción de adultos que participan en la fuerza laboral podría reflejar la debilidad de la economía, una razón para que la Fed no se precipite a aumentar las tasas de interés.

También podría ser una señal de que la capacidad ociosa de la economía —en este caso, las personas que buscan empleo— está disminuyendo, lo que podría provocar presiones inflacionarias que habría que combatir con un alza de las tasas.

En momentos en que las presiones inflacionarias y salariales son bajas, en la Fed dudan de que la caída de la tasa de desempleo sea una señal de una drástica reducción de la capacidad ociosa de la economía o de los riesgos de inflación. Por lo tanto, han tomado medidas para distanciarse de sus propias declaraciones de diciembre de 2012 de que empezarían a subir las tasas de corto plazo una vez que el desempleo baje a 6,5%.

El debate sobre si volver a revisar sus directrices sobre las tasas de interés será uno de los primeros retos que enfrentará la presidenta entrante del banco central estadounidense, Janet Yellen, quien asumirá el cargo el 1 de febrero.

Hay diferentes opciones sobre la mesa. En un escenario, la Fed podría reducir el umbral de 6,5% a una cifra inferior, como 6%. Pero esa idea no ha ganado mucho apoyo al interior del banco central. Otra alternativa sería crear una especie de zona en la que las tasas no podrían subir más de, por ejemplo, 0,5% mientras el índice de desempleo se mantenga por encima de 5,5%.

La Fed parece estar inclinándose por un enfoque diferente, y menos específico, de ofrecer directrices de orientación en términos generales sobre qué otras medidas considerará a la hora de abordar los aumentos de tasas.


—Michael S. Derby contribuyó a este artículo.