27/04/2024
12:40 PM

La deuda de los emergentes aprende a vivir sin la Fed

Los precios de los bonos emitidos en las economías emergentes han perdido 9,5% de su valor desde su máximo histórico.

La deuda de los mercados emergentes ha registrado su mayor descenso en casi cinco años y algunos inversionistas creen que la liquidación podría continuar. Cuando se calmen las aguas, los gestores de fondos tendrán que ser más astutos a la hora de elegir los países que ofrezcan las mejores perspectivas.

Los precios de los bonos emitidos en las economías emergentes han perdido 9,5% de su valor desde su máximo histórico, alcanzado en mayo, según el Índice de Bonos de Mercados Emergentes de J.P. Morgan. En su punto más bajo la semana pasada, llegaron a acumular una caída de 12%.

El ritmo de la liquidación evoca finales de 2008, cuando los bonos de los mercados emergentes cayeron casi 30% en menos de dos meses. Los precios se mueven en dirección opuesta a los retornos.

El reciente declive ha sido motivado por las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos reduzca sus compras de bonos, un programa que inyecta US$85.000 millones al mes en el sistema financiero y ha provocado un descenso de los rendimientos de todo tipo de valores de renta fija. El presidente de la Fed, Ben Bernanke, presentó a mediados de junio un cronograma tentativo para que el banco central retire el plan de estímulo.

El mensaje de la Fed coincide con indicios de desaceleración en los mercados emergentes. En los últimos años, las bajas tasas de interés, las políticas de relajación monetaria y un rápido crecimiento en el mundo en desarrollo llevaron a los inversionistas a buscar activos con retornos más altos en las economías emergentes. La combinación de un menor estímulo de la Fed y el enfriamiento de los mercados emergentes está revirtiendo la avalancha de capital que se volcó a la deuda de esos países.

“No nos dirigimos a una crisis de deuda de mercados emergentes, pero la marea se mueve de forma lenta pero segura en la dirección opuesta”, afirma Sergio Trigo Paz, director de renta fija de mercados emergentes del grupo de gestión de portafolio de BlackRock Inc.

La tendencia se ve plasmada en las recientes cifras. En la semana que terminó el 26 de junio, salieron US$5.570 millones de fondos de bonos de mercados emergentes, el mayor éxodo semanal del cual se tenga registro y la quinta semana consecutiva de flujos netos negativos tras casi un año de ingresos ininterrumpidos, según la proveedora de datos EPFR Global.

Muchos inversionistas dicen que una vez que se calme la liquidación, es improbable que haya una nueva estampida hacia las economías en desarrollo al mismo ritmo.

“Al comienzo de este año, los mercados se movían al unísono”, señala Trigo Paz, quien ayuda a administrar US$4.000 millones en bonos de países emergentes. “Ahora, compiten por flujos de portafolio”. Agrega que BlackRock redujo en febrero su exposición a la deuda de economías emergentes ante los temores de que se estaba sobrevalorando.

Colm McDonagh, director de renta fija de mercados emergentes de Insight Investment, que gestiona US$755 millones en deuda de estos países, sostiene que, en general, los inversionistas se están volviendo más exigentes. Cuando los mercados se estabilicen, afirma, algunos países emergentes seguirán brillando más que otros. Considera que la deuda emitida por países con sólidas cuentas fiscales, como México y Filipinas, comienza a verse atractiva.

A Trigo Paz, le gusta Brasil, que en las últimas semanas ha eliminado algunos impuestos a las transacciones financieras. La deuda del país es atractiva comparada con bonos de India con rendimientos similares, dados sus fundamentos económicos más sólidos y mercados más líquidos, sostiene.

De todos modos, algunos afirman que la ola de ventas en los mercados emergentes ha sido exagerada. Los corredores están siendo demasiado pesimistas acerca del retiro del estímulo de la Fed, dice Tim Dingemans, gestor de portafolio que administra US$80 millones en deuda de países en desarrollo en Adelante Asset Management.

“Hemos pasado de cotizaciones que suponían que las amas de casa japonesas comprarían todos los bonos del planeta, a precios que temen que nadie vaya a comprar nunca nada”, asevera Dingemans, en referencia al programa de estímulo anunciado por el Banco de Japón en abril. “Ha ido demasiado lejos”. Dingemans, no obstante, dice que los inversionistas que busquen gangas tendrán que ser más selectivos. “Creemos que los precios son ahora más atractivos”, opina. “Pero los exportadores de commodities como Chile e Indonesia van a continuar estando bajo presión”.