Choloma, Honduras.
La alta demanda en el mercado mundial obliga a los trabajadores de la empresa Full House Electrical Switches, de capital taiwanés, a ensamblar hasta 150 bicicletas al día, desde que inició operaciones en el país hace un año.
La fábrica cuenta con mano de obra hondureña calificada que trabaja en el ensamble total de las bicicletas eléctricas de la marca NanoWin, cuyos precios van desde $550 en color negro y $580 en colores según la elección de los clientes.
Por ahora, los ejecutivos esperan encontrar inversionistas locales interesados en distribuir el producto en el mercado hondureño. Mientras tanto, las bicicletas son exportadas con gran éxito a Taiwán, Estados Unidos, países de Suramérica y otras naciones con las que Honduras tiene tratados comerciales.
En marzo arribarán al país las piezas de un nuevo estilo para dos personas, con mejores capacidades y con las mismas cualidades de las NanoWin.
Características
Fransua Cisneros, gerente de producción de NanoWin, explica que una de las cualidades más importantes de las bicicletas es que son impermeables, es decir, que el usuario la puede utilizar aunque esté lloviendo.
“Tienen una capacidad de inclinación de 45 grados, mientras que otras bicicletas solo tiene 12 grados”, detalla.
Por medio de la batería de litio, este equipo recorre 50 kilómetros, además de poseer un motor de 500 vatios, que da la potencia de correr a 35 kilómetros por hora.
Las bicicletas tienen luces led, vías, pito y espacio para recargar el celular, así como una aleación de magnesio que la hace resistente a la corrosión en partes turísticas.
Con la reciente visita de la presidenta de Taiwán Tsai Ing-wen a Honduras, los ejecutivos de NanoWin no descartan que en el futuro ambas naciones concreten más inversiones. Junto con la mandataria arribó al país una delegación de empresarios de los sectores hotelero, azúcar, computación, productos agrícolas y alimentación.
El intercambio comercial entre ambos países es de $61.8 millones a favor de Taiwán.
La alta demanda en el mercado mundial obliga a los trabajadores de la empresa Full House Electrical Switches, de capital taiwanés, a ensamblar hasta 150 bicicletas al día, desde que inició operaciones en el país hace un año.
La fábrica cuenta con mano de obra hondureña calificada que trabaja en el ensamble total de las bicicletas eléctricas de la marca NanoWin, cuyos precios van desde $550 en color negro y $580 en colores según la elección de los clientes.
Por ahora, los ejecutivos esperan encontrar inversionistas locales interesados en distribuir el producto en el mercado hondureño. Mientras tanto, las bicicletas son exportadas con gran éxito a Taiwán, Estados Unidos, países de Suramérica y otras naciones con las que Honduras tiene tratados comerciales.
En marzo arribarán al país las piezas de un nuevo estilo para dos personas, con mejores capacidades y con las mismas cualidades de las NanoWin.
| El color estándar es negro, pero también hay una gama de estilos. Fotos: Franklyn Muñoz
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Fransua Cisneros, gerente de producción de NanoWin, explica que una de las cualidades más importantes de las bicicletas es que son impermeables, es decir, que el usuario la puede utilizar aunque esté lloviendo.
“Tienen una capacidad de inclinación de 45 grados, mientras que otras bicicletas solo tiene 12 grados”, detalla.
Por medio de la batería de litio, este equipo recorre 50 kilómetros, además de poseer un motor de 500 vatios, que da la potencia de correr a 35 kilómetros por hora.
Las bicicletas tienen luces led, vías, pito y espacio para recargar el celular, así como una aleación de magnesio que la hace resistente a la corrosión en partes turísticas.
Con la reciente visita de la presidenta de Taiwán Tsai Ing-wen a Honduras, los ejecutivos de NanoWin no descartan que en el futuro ambas naciones concreten más inversiones. Junto con la mandataria arribó al país una delegación de empresarios de los sectores hotelero, azúcar, computación, productos agrícolas y alimentación.
El intercambio comercial entre ambos países es de $61.8 millones a favor de Taiwán.
