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Emergencias climáticas elevan la deuda en L1,000 millones

  • 29 marzo 2013 /

Realizan estudios sobre factores de riesgo relacionados con el clima.

Un estudio elaborado por el Instituto de Ciencias de la Tierra indica que al menos mil de los casi 60,000 millones de deuda interna del Gobierno fueron generados para atender emergencias generadas por fenómenos climáticos.

La lluvia, que puede caer durante varios meses del año, se desata en unas pocas horas como una feroz tormenta eléctrica que derrumba paredes de estadios y funde transformadores eléctricos.

Cuando una zona de mal tiempo se estaciona por días sobre la zona centro sur del país puede provocar inundaciones, deslizamientos de cerros y pérdidas agrícolas.

El director del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), Nabil Kawas, señaló que unos 1,000 millones de lempiras correspondientes a la deuda interna del país fueron contratados con constructoras que efectuaron trabajos de reparación de la infraestructura destruida por las inundaciones. “Creemos que si se invierte en la prevención de desastres, se puede reducir hasta en un 50% estos gastos; sin embargo estos eventos extremos siempre nos impactarán”, dijo. Pero los efectos adversos no se limitan a la lluvia.

Cuando brilla el sol

Los datos indican que la sequía provoca millones de dólares en pérdidas económicas en la zona sur del país.

Las pérdidas por la sequía también son millonarias todos los años debido a la sequía y las inundaciones. Los agricultores tienen cierta experiencia en el tratamiento de ambos eventos. Se les debe ayudar a que posean tecnología como la de riego por goteo. La zona sur del país posee agua durante cierta época del año y se debe hacer una mejor gestión de este recurso.

Kawas expresó que para entender lo que ocurre y desde cuándo comienza el fenómeno, se culminó de manera reciente dos importantes estudios para entender de una mejor manera los efectos del cambio climático en el país. La primera investigación se denomina Atlas Climático de Gestión de Riesgos y el segundo es un estudio de sequía, elaborado entre 2010 y 2012.

Kawas informó sobre la completación del Atlas Climático de Gestión de Riesgo, el cual se encuentra en etapa de producción, para luego ser distribuido de una manera gratuita a todas las instituciones públicas como privadas.

La información se utilizará como un estudio de línea base para el desarrollo de cualquier proyecto de infraestructura, agrícola y ecológico, entre otros.

De manera paralela se culminó un estudio de sequía para determinar los lugares del país en donde existe menos presencia de lluvia durante el año.

De manera potencial esta información puede utilizarse para determinar la factibilidad de impulsar o financiar un proyecto agrícola en una zona particular del país.
De igual manera puede ser accedida por la banca privada para disminuir riesgo crediticio en el ámbito de los negocios agroindustriales, industriales y generación de energía renovables, entre otros ámbitos.

Kawas indicó que entre los principales insumos para desarrollar estos documentos se hicieron estudios para determinar la radiación solar que se corrige a través de la nubosidad, la precipitación, humedad y temperatura tomadas de manera mensual y anual en todo el país.

Cambio climático

Kawas dijo que los extremos mínimos y máximos se han distanciado más, en vez de acercarse a la media. “Cuando se espera un cierto promedio de lluvias durante el año, ocurre un evento calificado como extremo caracterizado por una exagerada cantidad de lluvia en un solo día. Esta situación causa desastres e inundaciones”, expresó.

Estos eventos se caracterizan por sequía prolongada, que de manera lamentable, se encuentran en aumento en frecuencia, y duración e impactan de manera acentuada a la agricultura.

“Vimos este comportamiento atípico a partir de la década de 1990 y esto tiene que ver con el cambio climático. Ocurre la sequía caracterizada con cero lluvia y una frecuencia mayor. En cambio en período más corto vemos lluvias intensas en un período de tiempo mucho mayor”, dijo.

Aún están abiertas las heridas en miles de hogares que perdieron alrededor de cinco mil familiares durante el paso del huracán Mitch a finales de octubre de 1998.
“Sabemos que la vulnerabilidad climática de la sequía y las inundaciones están acentuadas en la zona sur del país. La gente en los departamentos de Choluteca y Valle se encuentra tan adaptada que ya no creen que estas situaciones son un problema para ellos, incluso ya tienen medidas para contrarrestarlas de alguna manera”, dijo.

En cambio las inundaciones se encuentran acentuadas en la zona norte del país en donde existe ríos más caudalosos.