28/04/2024
11:35 AM

El efectivo manda en Honduras

la competencia por el dinero en Honduras se incrementa entre entes financieros y los gigantes emisores de tarjetas de crédito.

Las sociedades emisoras de tarjetas de crédito que operan en Honduras han experimentado en los últimos años un incremento en su membresía.

La mayoría del crecimiento es en las tarjetas de débito, por el pago de planillas en empresas, pero hay un crecimiento importante en el número de tarjetahabientes y tarjetas de plástico en circulación.

La Comisión Nacional de Bancos y Seguros reportó a abril de 2014 la circulación en Honduras de 2,452,006 tarjetas de débito y un total de 20.6 millones de transacciones con las mismas, y un total, al mismo período, de 790,063 tarjetas de crédito con montos que van de 5,000 a dos millones de lempiras.

Hay que destacar que el número de tarjetahabientes es menor al número de tarjetas emitidas, ya que una buena parte de los usuarios cuenta con dos o tres tarjetas.

Aún con esas cifras, los emisores de tarjetas estiman que la mayor parte de las transacciones se sigue realizando con dinero en efectivo.

Según un estudio de MasterCard, en Honduras el 95% de las transacciones se realizan en efectivo.

Para la Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias (Ahiba), el porcentaje es menor, ya que existe un crecimiento importante en el uso de tarjetas de crédito y mucho más en las de débito.

“Hay un volumen creciente en las transacciones con dinero plástico y esto se debe a las inversiones de los bancos y comercios en tecnología financiera”, cita una fuente de la Ahiba.

Más de una tarjeta

A diciembre de 2013, el número de tarjetahabientes ascendió a 384,015, superior a los 309,425 registrados a finales de 2012. El incremento en ese período fue de 74,590 nuevos tenedores.

Esto representa un alza mayor al 20% en un año. Además cada tarjetahabiente tiene un promedio de 1.5 tarjetas y por eso el número de tarjetas emitidas llegó a 786,959 en el 2013.

El alza pudo ser mayor, pero el sector enfrenta el impacto de la Ley de Tarjetas de Crédito, que aplica impuestos sobre montos de crédito otorgados.

En cuanto al número de tarjetas en circulación, las emisoras reportan un aumento en los últimos tres años. En 2011 se contabilizaban 637,150 tarjetas, en 2012 aumentó a 685,045 y en 2013 sumaron 786,959, tanto en lempiras como en dólares.

Estrategias

“Combatir” el efectivo en Honduras es la nueva apuesta del gigante de las tarjetas de crédito y de débito MasterCard.

La compañía, con presencia en 213 países, ve a la región centroamericana como “un mercado importante, donde la oportunidad de crecer de los medios de pago electrónico es muy grande”.

“Vamos todos a una sociedad sin efectivo, creo que hay mercados que van a llevar 15 y 20 años, y que mercados como los nórdicos van a llevar tres o cuatro años” porque ya están avanzados en el proceso”, dice a D&N Gilberto Caldart, presidente de MasterCard para América Latina y el Caribe.

En algunos de esos mercados, como los nórdicos, el 90% de las transacciones financieras se hace con medios electrónicos de pago y otros, como el de Honduras, en el cual solamente el 5% de las transacciones es por la vía del plástico.

En América Latina, donde la transnacional maneja cerca de 360 millones de tarjetas, el 80% de las transacciones se realizan actualmente con dinero en efectivo y solo un 20% con dinero plástico.

“Honduras es un mercado en el cual, según las cifras del sector, el 95% de las transacciones actualmente se hace con dinero en efectivo, y tan solo el 5% restante con el uso de medios electrónicos de pago, como las tarjetas prepago, de débito y de crédito”, apunta el ejecutivo.

La realidad de Honduras no difiere mucho con el resto de la región, donde se estima que entre un 9 y 10% de las transacciones son hechas con medios electrónicos de pago. Costa Rica es en la región el país con una mayor penetración de estos productos, estimándose entre 2.5 plásticos por persona.

A nivel continental, el país que más uso hace de estos productos es Brasil, donde entre el 30 y el 33% del consumo de las familias se hace bajo medios electrónicos de pago.

“Latinoamérica es uno de los motores del crecimiento de MasterCard mundialmente. Es un mercado en el que hemos crecido en los últimos cinco a siete años por arriba de dos dígitos”, señala.

“La penetración de medios electrónicos de pago en Latinoamérica empieza ahora con el cambio de comportamiento de la población y el desarrollo de los ecosistemas a crecer de una manera muy importante”.

¿Cómo lo van a lograr?

Para enfrentar a su “enemigo número uno”, el efectivo, MasterCard se propone afianzar y ampliar sus alianzas con sus socios comerciales en la región, principalmente los bancos del sistema financiero y los comercios, para promover sus productos tecnológicos.

Otro camino para alcanzar su meta es un acuerdo firmado hace seis meses con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para promover la inclusión financiera y la transparencia en los pagos de Gobierno.

“Este es un fondo que apoya Gobiernos que quieren mejorar sus sistemas de controles y darles más transparencia en sus pagos, sea pago de subsidios, sea pago de sus gastos, donde el BID provee recursos a los Gobiernos que quieren hacer esto y nosotros proveemos tecnología, consultorías y las mejores prácticas”, revela.

La oferta es amplia. Entre ellos se encuentran tarjetas prepagos, que se utilizan mucho para el pago de subsidios de Gobierno, las tarjetas de débito y de crédito para todos los sectores de la población.

“Pero además de esto tenemos varias soluciones de tecnología, como por ejemplo, la tecnología InControl, que es una tecnología de actualizaciones y alertas a los tarjetahabientes”, explicó Caldart. “Son soluciones que en muy poco tiempo vamos a traer a Honduras”, agregó el ejecutivo, sin entrar en mayores detalles.

Beneficios

Uno de los beneficios del uso del dinero plástico es la reducción de los costos en el manejo del dinero en efectivo, el cual, según estudios de la empresa, llega a tener un costo para los Gobiernos y la sociedad que varía de 0.5 a un 1.5% del Producto Interno Bruto de los países en el continente americano.

Otro beneficio es que el uso de estos plásticos es la puerta para alcanzar el acceso (inclusión) a los servicios financieros básicos y la transparencia en el uso de los fondos públicos, porque en muchos casos el efectivo “es con el que se hacen las cosas malas, el lavado de activos, la corrupción y la baja recaudación de impuestos”, estima Caldart.