San Pedro Sula. Un nombre puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso en un negocio. Afortunadamente para Elisa Quan, en su caso, resultó ser lo primero.
Esta microempresaria trabajó por años para un distribuidor de equipo de oficina, pero cuando se convirtió en madre soltera se vio en la necesidad de obtener ingresos extra.
“Mi abuela me había enseñado a hacer galletas cuando iba a visitarla durante las vacaciones del colegio, porque ella las hacía para la venta”, cuenta Elisa.
Aquellos recuerdos le dieron la idea de retomar el tradicional negocio, iniciando su pequeña empresa a la que llamó Qkiss, palabra que lleva la inicial de su apellido (Quan) con la palabra en inglés para beso, y que combinadas ingeniosamente suenan como la palabra cookies, que se traduce “galletas”.
Elisa le añadió un toque personal: la decoración. Actualmente, ofrece galletas decoradas según el gusto del cliente, con logos de empresas, mensajes especiales e imágenes.
Así, comenzó a visitar cafeterías escolares y colocar pequeños quioscos en centros comerciales de Tegucigalpa, donde tiene su pequeño centro de producción, con tan buenos resultados que luego de un tiempo obtuvo un nivel de ingreso suficiente como para renunciar a su trabajo. “Pude dejar mi empleo para dedicarme a trabajar con la repostería a tiempo completo”, refiere Elisa, algo que ha venido haciendo desde hace casi seis años.
Aunque le ha ido bien, a Elisa le quedan algunas metas por alcanzar. “Me he mantenido trabajando desde mi casa, aunque en algunas ocasiones he abierto puestos temporales en centros comerciales, pero tengo planes de abrir mi propio local”, expresó.
Además de su línea de galletas, esta microempresaria desarrolla otros productos como boquitas, tanto dulces como saladas, a fin de convertirse en proveedora de las empresas que prestan el servicio de banquetes, y complementa su negocio con su línea de pasteles decorados.
