San Pedro Sula. Hace dos años comenzó a combinar el cacao y el chocolate con el talento y el arte hondureño.
Su espíritu bohemio e inspiración en su familia, en especial de su madre, la motivaron a emprender su negocio de chocolatería fina artesanal, cuya línea principal se llama Chocolate Consentido.
“Se llama así porque tiene sentido hacer chocolate y es un regalo de los dioses”, dice Miriam Colindres, gerente propietaria de Sabor y Arte, quien con su esposo Javier Campos empezó la transformación del cacao tradicional desde los granos hasta el chocolate en polvo.
“Vimos que en Honduras no había chocolatería fina artesanal y por eso nos pareció una alternativa para explorar”.
Una chocogalería
El sueño de Miriam y Javier es abrir una chocogalería, donde pueda apreciarse la cultura del cacao y el chocolate, potenciada con el arte y el talento hondureño. Sin embargo, en este momento centran sus esfuerzos en optimizar todos sus recursos para elaborar chocolate fino artesanal.
Actualmente, su espacio de trabajo es la cocina de su casa, pero no descartan que en el futuro cercano busquen un lugar más cómodo, siempre que existan los recursos para conseguirlo.
Miriam reconoce que tiene que comprar la cobertura de chocolate porque en el país todavía no se produce, pero afirma que los rellenos son elaborados con productos y manos hondureñas.
Le empresa ofrece seis variedades de chocolate con diferentes rellenos: naranja agria, tres especias (canela, clavo de olor y nuez moscada), pulpa de maracuyá, flor de jamaica, menta y piña con coco.
Su clientela son sus amigos y algunas empresas que hacen sus órdenes para conquistar los paladares de sus invitados.
