26/04/2024
08:29 PM

'A veces el Gobierno debe asumir el rol de empresa”

El reconocido catedrático estadounidense John Ickis es un apasionado por los métodos de Harvard que imparte en universidades centroamericanas

San Pedro Sula, Honduras.

El académico John Ickis, profesor titular de Administración de Empresas en INCAE Business School, estuvo de visita en el país tras una invitación hecha por la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH).

Ickis ha dirigido programas de educación gerencial y competitividad en América Latina, Asia, Africa y Europa Central.

El legendario catedrático impartió en San Pedro Sula, Tegucigalpa y La Ceiba, el Taller sobre la enseñanza con el método de casos de Harvard, la prestigiosa universidad de Cambridge en Massachusetts, Estados Unidos.

¿Qué casos de Harvard destaca para resolver problemas en la gestión privada y pública?

Creo que el método de casos sirve para resolver problemas intersectoriales. He trabajado con grupos de ejecutivos de negocios que tienen problemas o negociaciones con el Gobierno y a veces uno de los enfoques que utilizamos en Incae, o que he usado personalmente es un caso sobre políticas públicas que involucren sector público o privado y discutirlo.

A veces el Gobierno tiene que asumir el rol de la empresa privada y viceversa. Esa es una excelente forma de bajar las barreras y eliminar estereotipos que uno tenga sobre el otro.

¿Por qué se asocia más estos métodos con aspectos legales y de derecho?

Creo que hay algunas percepciones tal vez equivocadas. Algunos piensan que el método de casos es algo de la Escuela de Derecho.

Es cierto que la Escuela de Derecho de Leyes usa ciertas discusiones de casos, pero los casos de negocios son totalmente diferentes.

Cuando se fundó la Escuela de Negocios en Harvard se estaba buscando cómo enfocar los negocios en esa época. Hace cien años todo el enfoque era a la gerencia científica. Harvard Business School tomó una ruta totalmente diferente y decidieron con mucha visión que querían contribuir al manejo de los negocios.

Es así como deciden invitar a empresarios a exponer sus problemas y la clase tratar de resolverlos.

Llegaron los empresarios de Boston al campus de Harvard y hubo esas discusiones. Luego se les ocurrió escribir los problemas, no las soluciones.

La escritura de los problemas de negocios era básicamente los primeros casos, que eran como ejercicios que fueron perfeccionándose hasta los casos de Harvard que tenemos hoy en día.

¿Cómo se ha extendido esa metodología en las universidades latinoamericanas?

Se ha extendido bastante bien. A principios había muy pocas escuelas que lo usaban, creo que francamente empezaron con Incae en 1964.

En ese momento el MBA era desconocido en América Latina. Tal vez seis escuelas estábamos usando casos en una colección a través del Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración (Cladea) y de ahí comenzó a extenderse el método.

He visto un renovado interés en los últimos años, porque si bien es cierto hubo en algún momento cierto descenso por la idea errónea sobre la influencia de la tecnología, se demostró que en un contexto tan cambiante se necesitan de personas con capacidad de pensamiento crítico y aprender cosas es menos importante, porque las cosas cambian.

Lo que se necesita es tener la capacidad de aprender y de cambiar, es por eso que los cursos sobre el cambio social simplemente no se pueden hacer a distancia. Tiene que haber contacto.

¿Este método se adapta al contexto de Centroamérica?

Una de las cosas que reclamaban los gerentes centroamericanos que eran parte de la fundación de Incae es que muchos de sus hijos tenían que estudiar en Harvard u otros lugares donde los casos no eran tan relevantes para ellos. Además estaban en inglés. Los gerentes querían casos en español y que fueran relevantes para ellos y en la región.

Tras el clamor de una escuela de calidad mundial, Incae comenzó sirviendo a los países centroamericanos.

Lo primero que hicieron fue muy interesante, porque decidieron que debían de tener un gran proyecto de desarrollo de casos, donde participaron miembros de la facultad de la Escuela de Negocios y equipo de investigación de Harvard buscando casos de problemas típicos de empresas centroamericanas.

Muchas empresas como ingenios de azúcar, fabricas de jabones y similares para conocer tipos de problemas como financieros, de mercadeo, de organización, entre otros.

Incae tomó la decisión de actualizar los casos y había una política de contratar a los mejores egresados por un período de dos años para que escribieran casos y lo que encontramos es que algunos de los estudiantes estaban interesados en la carrera académica.

En eso comenzamos a darles becas para estudiar doctorados en universidades en Estados Unidos y si era posible en Harvard. Ahora hay universidades como Universidad de Los Andes en Colombia y la Universidad Católica en Chile que están produciendo excelentes casos.

¿Cada cuánto tienen que rejuvenecer estos casos?

Yo diría que es una labor constante y tiene que serlo, porque los temas cambian y uno simplemente tiene que renovarlos, es un gran reto.

En ciertas áreas como tecnologías de la información es mucho más exigente.

Creo que es un reto para una escuela de casos, porque significa costos, pero hay que probar.

En nuestro programa de MBA Ejecutivo hay un lineamiento que los casos no deben ser mayores de cinco años. Es un poco exagerado porque hay casos clásicos que no cambian, como el comportamiento humano.

Considero que hay que mezclar y conservar algunos de los casos que han sido mejor vendidos y que son latinoamericanos, algunos de los cuales se han escrito con el equipo original que vino en los años 60.

Los talleres acá eran mucho más enfocados a la enseñanza, no a la escritura de casos, aunque hay mucho interés en la UTH sobre eso y estamos planeando futuros talleres al respecto.