Tegucigalpa, Honduras.
En los dos primeros meses de 2016, la Dirección General de Propiedad Intelectual (Digepih), patentó 326 proyectos, entre patentes de invención, diseños industriales y modelos de utilidad.
Los nuevos proyectos, de empresas y personas naturales hondureñas, pasan a engrosar una lista de por lo menos 5,000 procesos de invención que el organismo ha registrado con el paso del tiempo.
La patente es el documento en que oficialmente se le reconoce a alguien una invención y los derechos que de ella se derivan.
En Honduras, ese documento lo otorga la Dirección General de Propiedad Intelectual (Digepih), una dependencia del Instituto de la Propiedad (IP).
Hay varias clases de patentes: las patentes mayores, que son aquellas que requieren de investigaciones técnicas y científicas, como es el caso de las fórmulas químicas o los inventos ligados a la tecnología, y que se otorgan a inventos que son únicos en el mundo; y las patentes menores, que incluye a los diseños industriales (en todas las áreas del conocimiento); y los modelos de utilidad, que son aquellas modificaciones que se hacen a productos ya inventados, pero que otorgan al mismo un valor agregado.
Las patentes mayores y los modelos de utilidad, para ser inscritos como tal, tienen que ser modelos únicos en el mundo. Antes de su inscripción se buscan en las bases de datos mundiales y si no están registradas, se procede a su registro en el país.
“Si ya perdieron la novedad no pueden ser patentadas, pero casi en su mayoría los modelos y los diseños son únicos porque se le ocurrió a alguien transformar algo que no pensó otro en otros lados, esas son territoriales, entonces esas solo las buscamos en el país”, explicó a D&N el director de la Digepih, Camilo Bendeck.
Las patentes mayores se otorgan por 20 años, las patentes menores o modelos de utilidad por 15 años, y los diseños industriales por cinco años, los que pueden ser renovados por dos períodos más, hasta alcanzar los 15 años. Honduras cuenta con un registro de 5,000 patentes, de las cuales un 90% son extranjeras.
El 10% restantes son licencias otorgadas a hondureños y hondureñas que han dedicado tiempo para echar a volar su imaginación para crear algo nuevo o modificar lo existente.
Inventores hondureños
Entre las 326 nuevas patentes de invención, es decir, inventos únicos hondureños a nivel mundial, se encuentran: un arpón para tablas de banano de Leslie Daniel Jant, un aparato “destrivador” para evitar que se partan los tallos de los bananos de J.O.L Calvin Bryant.
Guadalupe Manzanares patentó un procedimiento para extraer y preparar jugo de uva silvestre llamado Zaril por medio de cocinamiento para obtener su permanencia sin entrar en descomposición.
También una chimpinillera con protector de rodillas (empresas Guantes S.A.) y un retrato del aro oscuro del doctor y general Tiburcio Carías Andino (Julio Chocano).
En segundo lugar se encuentran los modelos de utilidad, que son las modificaciones que se realizan a los productos que ya han sido inventados, y en tercero los diseños industriales.
Los de utilidad: un botellón de agua purificada (Aguazul) y un sillón plegable (Saul Villaseñor).
A nivel de diseño industrial: una caja de empaques para bebidas con pestañas para portar servilleta (Katherine Gabriela Maradiaga Argeñal), un ropero plástico (Industrias Sanchia), un proceso industrial para la fabricación y conservación de puré o pasta del banano en su estado natural, presentado por Erik Preis, y el procedimiento para disecar frijoles cocidos por el sistema de granulación, por Luis Martínez.
Uso exclusivo local
El uso de estas patentes es territorial, es decir, que son de uso exclusivo del propietario de la misma en el territorio donde la inscribió.
Eso significa que si nadie viene a inscribir una patente aquí en Honduras, usted la puede utilizar.
“Si en Estados Unidos hacen una buena patente y no la vienen a registrar aquí en Honduras, usted la puede usar, no registrarla, pero sí usarla”, dijo Bendeck.
Esto se debe a que la información de las patentes que se registran en el mundo están disponibles en bases de datos a las que se puede acceder de varias maneras, y cuya información puede ser utilizada en los territorios en los que no han sido inscritas las mismas.
Desde Honduras se puede acceder a esa información a través de los Centros de Apoyo de Tecnología e Información, los que tienen como objetivo que países como Honduras tengan el acceso a todos los bancos de datos del mundo y a revistas científicas.
Son 15 centros que han sido creados en alianza con las universidades públicas y privadas del país.
Funcionan en la Unah, Unitec y la Universidad Católica.
También en colegios tecnológicos, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada y la Cámara de Comercio.
Estos centros son autorizados por la Digeph, donde funciona uno, con la única condición de que tengan acceso a una computadora y que el personal será entrenado para saber cómo acceder a la información, cómo aprovecharla y cómo atender e instruir a los demandantes de la información.
En este momento hay 70 millones de patentes vigentes en todo el mundo, pero en Honduras solo hay 5,000.
“Eso quiere decir que le quedan 65 millones de patentes en todas las áreas que usted puede implementar aquí para poder fortalecer la pequeña, mediana y gran empresa.
 Camilo Bendeck. director de Propiedad Intelectual
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Explicó que el 95% de todas las patentes registradas en el país son farmacéuticas, lo que significa que si hay una medicina por ejemplo para la arterosclerosis, cuyos costos en el mercado nacional son altos y que no está registrada en el país, y si estuviera ya en dominio público cualquier laboratorio pudiera (tomar la fórmula) y generar ese medicamento haciéndola más barata y más accesible al público.
Esto porque “cualquier pequeña, mediana o grande empresa, puede a través de esa información, mejorar su producción”, apuntó.
Los países que más patentan en el mundo son la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi) publicó en septiembre de 2015 el Índice Mundial de Innovación, un estudio en el que se analizan las economías de 141 países de todo el mundo sobre la base de 79 indicadores, con los que se evalúan tanto las capacidades como los resultados cuantificables en el campo de la innovación.
Según ese estudio, Suiza, el Reino Unido, Suecia, los Países Bajos y los Estados Unidos de América, son las cinco naciones más innovadoras del mundo, seguidas de Finlandia, Singapur, Irlanda, Luxemburgo y Dinamarca.
Los líderes de la Innovación en América Latina y el Caribe son Chile, que ocupa el puesto 42 de la lista general de 141; seguido de Costa Rica, en el puesto 51 y México, en el puesto 57.
Sobre esta región, el Informe dice que América Latina y el Caribe es una región cuyo potencial de innovación está aumentando, pero sigue prácticamente sin aprovecharse. Brasil (70), Argentina (72), y México (57), sobresalen por ser economías con resultados por encima de la media obtenida en la región en el Índice Mundial de la Innovación.
Los excelentes resultados que obtienen regularmente Chile (42), Costa Rica (51) y Colombia (67), a nivel regional y en comparación con países que tienen un grado similar de desarrollo económico, son dignos de mención, como también lo es el nuevo papel del Perú (71) y el Uruguay (68). Honduras, en esa lista, ocupa el lugar 113, abajo de Guatemala, que ocupa el puesto 101 y El Salvador el 99; y por arriba de Nicaragua, que ocupa el sitio 130.
