Con la bandera del partido comunista, el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, lidera una cruzada para rescatar a su país de la peor crisis financiera de su historia.
Tsipras, tras su elección el 25 de enero de 2015, es el primer ministro más joven de Grecia en 150 años, en tanto que Syriza, la agrupación política que lo llevó al poder, será el primer partido radical de izquierda que lleve las riendas del país, tras derrotar al conservador de Antonis Samaras, quien ocupaba el cargo desde el 20 de junio de 2012.
¿y quien es Tsipras?
Tsipras es un conocido militante de izquierdas en Grecia. Es admirador de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara. Era
admirador también del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, de quien, dijo, su mayor contribución fue acabar con la pobreza en que vivían millones de venezolanos.
Su militancia en grupos de izquierda tiene larga data. Se afilió a las Juventudes Comunistas en los años 80 y en los años 90 participó activamente en una rebelión estudiantil contra una controvertida ley de la época.
También fue un destacado líder en la política universitaria. En el año 1991 ingresó en Synaspismos y en 1999 fue elegido secretario de la Juventud de Synaspismos, cargo que ocupó hasta el tercer congreso de la organización en marzo de 2003.
Como secretario de las Juventudes de Synaspismos tomó parte activa en el proceso de creación del Foro Social Griego y asistió a todas las marchas y protestas internacionales contra la globalización.
En las elecciones de 2006 fue el candidato a la alcaldía de Atenas, con el apoyo de Synaspismos y las fuerzas aliadas de la Coalición de Izquierda Radical, quedando tercero, con un apoyo del 10.5 % y cuatro concejales.
Fue elegido para el cargo de presidente de Synaspismos durante el quinto Congreso del Partido en febrero de 2008. En las elecciones legislativas de 2009 fue elegido miembro del Parlamento, en representación del partido de izquierdas Syriza, que se constituyó formalmente como partido unido en julio de 2013 y Tsipras fue elegido líder del mismo.
Temores
El triunfo de Tsipras sin duda ha puesto a temblar a la Eurozona, desde donde ven con reservas las propuestas “populistas” del ahora primer ministro, quien ha prometido poner fin a los “cinco años de humillación y dolor” que Grecia ha soportado desde el rescate financiero internacional concedido al país en 2010 para salvarlo de la bancarrota.
La troika, que integran inspectores del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, para supervisar los avances de las reformas para liberar la entrega de los préstamos acordados en el rescate financiero por 240,000 millones de euros (270,000 millones de dólares), es cosa del pasado, agregó.
A cambio, propone una condonación de la deuda y una renegociación de las condiciones impuestas a Grecia, como la reducción del gasto público, los salarios y las pensiones, despidos y aumentos de varios impuestos, para concederle el rescate financiero.
Esas propuestas son las que ponen nerviosos a los políticos dentro y fuera de Grecia, apuntan los analistas en la prensa internacional. Frente a ello, los acreedores rechazan el plan y demandan de Atenas el cumplimiento de los acuerdos.
Camino difícil
El camino que debe recorrer el plan de Tsipras no será nada fácil. Deberá enfrentar posiciones radicales, como la del ministro alemán Wolfgang Schauble, quien, desde antes del inicio de las negociaciones, ya ha expresado su posición: “cada país es libre de hacer lo que quiere.
Pero tenemos este programa. O se lo lleva hasta el final, o no hay más programa”. El joven político deberá, por
su parte, ir a convencer a sus acreedores de que cuenta con el plan correcto para rescatar la economía de uno
de los países más pobres de la Eurozona y llevarlo por el camino del desarrollo.
En el inicio de este camino cuenta -dicen los analistas- con el apoyo de una buena parte de la población del endeudado país, quienes reclaman un trato económico beneficioso para su país.