Tegucigalpa, Honduras.
La histórica Panificadora Bambino de Tegucigalpa cerró operaciones luego de 53 años de existencia. Los altos costos de producción “ahogaron” a los dueños, quienes decidieron clausurar el negocio.
La decisión, conocida ayer y que deja a más de 140 personas sin empleo, es también el resultado de las medidas tributarias aplicadas por el Gobierno, dijo Jimmy Dacareth, gerente del negocio.
“Tenemos que dejarla morir ahora porque ya no podíamos soportar los costos de producción”, expresó Dacareth a los medios de comunicación. Otros factores que incideron en el cierre de la panificadora fueron las obligaciones de energía, el aumento al salario, la aplicación del 1.5% del impuesto sobre la renta (ISR) y el 15% del impuesto sobre venta (ISV) en la materia prima.
“No es fácil porque se trata de un patrimonio familiar y a los empleados tenemos que decirles que ya no hay más empleo”, agregó.
La histórica Panificadora Bambino de Tegucigalpa cerró operaciones luego de 53 años de existencia. Los altos costos de producción “ahogaron” a los dueños, quienes decidieron clausurar el negocio.
La decisión, conocida ayer y que deja a más de 140 personas sin empleo, es también el resultado de las medidas tributarias aplicadas por el Gobierno, dijo Jimmy Dacareth, gerente del negocio.
“Tenemos que dejarla morir ahora porque ya no podíamos soportar los costos de producción”, expresó Dacareth a los medios de comunicación. Otros factores que incideron en el cierre de la panificadora fueron las obligaciones de energía, el aumento al salario, la aplicación del 1.5% del impuesto sobre la renta (ISR) y el 15% del impuesto sobre venta (ISV) en la materia prima.
“No es fácil porque se trata de un patrimonio familiar y a los empleados tenemos que decirles que ya no hay más empleo”, agregó.
