Polan Lacki, ingeniero agrónomo brasileño, considerado el hombre que más sabe de agricultura en Latinoamérica, dijo en una entrevista exclusiva a Diario LA PRENSA que los agricultores deben optar a obtener mejores rendimientos de producción para poder competir en el mercado mundial, adonde cada vez se suman más jugadores.
Lacki es ingeniero agrónomo, autor de cuatro libros relacionados con la agricultura. Trabajó 15 años como agente de extensión rural en Brasil y 23 años con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación(FAO). Actualmente es conferencista internacional y participó en mayo de este año en el Congreso Nacional de Palma de Colombia.
Yo creo que más que preocuparse por un acuerdo nos debemos enfocar en cómo mejorar nuestra oferta para competir. Si se quiere tener éxito en el mercado nacional o internacional debemos apostar a ser más eficiente, y eso se logra a través de mejores rendimientos de producción, ofreciendo un producto de excelente calidad y a precios bajos.
Los agricultores deben cosechar, incorporar valor agregado a sus productos, y además transformar estos en productos derivados. La clave para lograr esto es capacitar a los agricultores y dejar de pensar, como lo hacen la mayoría de los países latinoamericanos, que quien tiene que resolver el problema del agro es el Gobierno.
Por duro que sea afirmarlo, esos agricultores que no se adapten a esta nueva etapa sencillamente serán expulsados de la actividad agrícola.
Claro que sí. Aunque no creo que exista una crisis de alimentos porque esas tierras que serán desocupadas por los pequeños agricultores; sin duda, las absorberán los grandes cultivadores.
Estos tratados no son discursos teóricos líricos. En el libre comercio se compite y se gana con eficiencia y productividad, y en la región lamentablemente no han entendido ese concepto.
Esta región tiene más potencial que ninguna otra en el mundo, es privilegiada por sus extraordinarias potencialidades para crecer, pero tenemos que dejar de hablar con politiquería y ponernos a trabajar. Los Gobiernos ya no hacen nada por los agricultores.
Porque la mayoría de los países latinoamericanos hicieron lo más caro, que era obtener la tierra. Las entregaron a los campesinos, pero luego se olvidaron que la tierra debía ser producida; no hubo acompañamiento ni asistencia técnica.
Por otro lado, muchos de los beneficiados con las reformas fueron elegidos en base a un criterio político partidista.
En Brasil, nosotros tuvimos en tiempos del presidente Lula, la distribución de 1.1 millones de fincas a sus privilegiados políticos, y hasta el día de hoy no se sabe si producen o no esas tierras. Lamentablemente este mismo fenómeno lo padecen todos los países de la región.
El problema es que no han hecho lo más importante que es hacer una fuerte inversión en educación para desarrollar los potenciales de las familias rurales, ya que una población educada no migra de sus sitios de origen, sino que sigue produciendo y con el tiempo hereda esa cultura a sus hijos y a los descendientes de estos. Se debe buscar despertar en la población rural el amor por la tierra, que puedan ver la agricultura como la solución para salir de la pobreza.