24/04/2024
12:27 AM

1.2 millones de hogares viven en condiciones de pobreza

San Pedro Sula, Honduras.

La falta de oportunidades, acceso a los recursos básicos, así como la falta de respuesta estatal, son algunos de los desafíos a los que se enfrentan los hondureños que habitan en el área rural.

Según la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Honduras es el segundo país más desigual y el tercero más empobrecido de América Latina, siguiendo a Haití y Nicaragua.

El contexto de la pobreza en el país fue desentrañado por la organización no gubernamental Techo Honduras, que presentó este mes su primer Estudio Multidimensional de la Pobreza.

Honduras tiene 1.8 millones de hogares, de acuerdo con el Foro Social de la Deuda Externa de Honduras y Desarrollo de Honduras (Fosdeh). Basado en la cifra anterior, la Cepal establece que el 64.5% (1.2 millones) está en condiciones de pobreza (relativa y extrema), encontrándose sus ingresos por debajo del costo de una canasta básica de consumo, que incluye alimentos y otros bienes y servicios.

“La falta de oportunidades y la interconexión de todas las variables hace más claro que tenemos que crear cada vez más redes, buscar más alianzas público-privadas y sobre todo no descansar nunca hasta que no exista una sola familia que viva en condición de pobreza”, dijo Luis Felipe Barrantes, exdirector social de Techo Honduras.

La investigación, elaborada por Barrantes junto con las coordinadoras generales de Techo Honduras, Andrea García y Marianela Muñoz, destaca que las principales consecuencias de la desigualdad son la pobreza, derecho a sanidad, una alimentación inadecuada, inmigración, enfermedades, falta de educación y falta de oportunidades laborales.

Estadísticas

Los hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI) en el país son 41% en el área urbana y 69.4% en el sector rural. Según Barrantes, esto indica que en los últimos 12 años han tenido lugar cambios importantes en cuanto a los niveles de pobreza, aunque insuficientes, favoreciendo la calidad de vida. “Las personas que viven en estas comunidades no tienen la capacidad de solventar más de una necesidad”.

Foto: La Prensa