04/12/2025
06:24 AM

'Sin capacitación, la caficultura ya fuera historia'

San Pedro Sula, Honduras.

Se estima que la mano de obra en las fincas cafetaleras asciende a los 220 mil, entre productores organizados y no organizados, que se caracteriza por el esfuerzo que dedica cada día a cultivar el grano más representativo de la agroindustria nacional.

Asterio Reyes, presidente de la junta directiva del Instituto Hondureño del Café (Ihcafé), habla con LA PRENSA sobre cómo se trabaja por diversificar al sector que poco a poco se recupera de la roya.

¿A qué se debe los proyectos de diversificación en el sector cafetalero?

Haciendo un poco de reseña. El sector cafetalero está en 15 de los 18 departamentos. Estamos en 210 de los 298 municipios y nos hemos puesto meta como institución del café procurar que los productores del café no dependan al 100% de este cultivo. Por eso estamos viendo cómo diversificar y cómo introducir otros sectores para que se motiven en momentos en que los precios del café estén malos en el mercado internacional.

¿Cómo han avanzado los proyectos de diversificación cafetalera?

Estamos tratando de introducir un proyecto de ganadería para los pequeños productores y en la línea de la producción de leche, porque lo que queremos es que el pequeño productor mejore su dieta alimenticia y que si le sobra, después de cubrir los requerimientos de alimentación familiar, pueda vender ese producto en los alrededores, aldea o pueblo.

¿Qué se ha diseñado para convertir a los productores de café en cacaoteros?

Con el cacao estamos queriendo introducir 20 mil manzanas junto con el café. Un aspecto importante: el cambio climático ya vino y se quedó con nosotros. La variabilidad climática tenemos que verla con mucha responsabilidad y preocupación, porque, por ejemplo, la caficultura la tenemos de 700 metros para arriba. Sin embargo, con la variabilidad climática, las fincas de café que estén por debajo de los mil metros estarán en problemas, por las altas temperaturas o enormes cantidades de lluvia que puedan venir en determinado momento.

Para esos productores de café que están abajo de los mil metros queremos incluirlos en el programa de cultivos de cacao, porque el cacao es un cultivo totalmente apto para que se dé abajo de los mil metros.

Introducir el cacao de forma que vaya saliendo de manera programada el cultivo del café, porque no podemos dejar en el aire a los productores de café, o quien pueda aguantar, pues, tendrá el cacao con asocio del café, pues estos dos cultivos son bajo sombra.

Con esto logramos varios objetivos, primero diversificar las fincas del café; segundo, logramos sacarlo de una altura en la que se corre el riesgo y le hacemos un beneficio al país en cuanto al ambiente se refiere, porque si son cultivos que se dan bajo sombra, obligadamente tenemos que tener sombra y mantenerla.

En lugar de destruir el bosque tenemos que protegerlo y aumentarlo, y tanto el café como el cacao son cultivos tan benignos y con tantas bondades para el mismo productor que los siembra y cultiva, como también el país en general.

¿Qué otros sectores, además de la ganadería y el cacao, se están diversificando con el café?

Hay algunos otros productores que están sembrando con rambután, otros que siembran hortalizas y piña, pero todo eso depende de las alturas y las facilidades de mercado que se den en la zona.

El productor de café, por pequeño que sea, es muy inteligente, pues estudia y analiza el mercado y dónde está ubicado.

En base a eso, él orienta sus esfuerzos y energías a cultivos que puedan generar un ingreso.

Como institucionalidad cafetalera invertimos cualquier cantidad de dinero, no escatimamos esfuerzos para invertir en las capacitaciones a los productores de café, porque si no están capacitados será un fracaso.

Ese es uno de los objetivos primordiales para nuestros afiliados y representados. Por ejemplo, en el caso de la roya, si los productores no estuvieran capacitados y no tuviéramos una estructura como la que tenemos, ya la caficultura quizá sería historia en el país.

Perdimos 1.5 millones de quintales, pero gracias a la estructura y capacitación que le dimos a nuestros productores de café logramos recuperar esos 1.5 millones y poner un alto al impacto grosero de las enfermedades de la roya del café.

Hoy vamos en franco crecimiento y no es que vamos a extinguir las enfermedades de la roya, porque el reto de la caficultura hondureña es que si cuando nos impactó la roya llegamos a una incidencia de 50% en las fincas, hoy el reto es bajarla a un 6 o 7% de incidencia.

No es que se va a extinguir la roya, porque mientras existan plantas de café la roya va a existir.