25/04/2024
06:22 AM

Sequía deja 'crudos” a productores y ya le quita L140 millones a Lempira

Ya se asignó una parte de los 12 millones de dólares que fueron previstos en el plan de acción de seguridad alimentaria.

San Pedro Sula, Honduras.

Pérdidas millonarias, amenazas de daño y postergación en la siembra de algunos cultivos son parte de las repercusiones de la prolongada sequía que mantiene en zozobra al sector agrícola nacional.

La crisis no distingue de cultivos. Granos básicos, café, cítricos, bananos, palma africana, caña, yuca, camote y pesca artesanal, entre otros, han sufrido la ausencia de lluvias.

En Lepaera, Lempira -adonde el 80% de la actividad económica lo conforma la producción de café-, las pérdidas son alarmantes: de 220 mil quintales que cosechan al año, en las 54 comunidades del municipio, se perderán 88 mil quintales por la falta de floración en las plantas.

Eso representa una merma del 40% de la producción de café, equivalente a L140 millones, dice Edgar Murillo, alcalde y cafetalero del municipio.

“No hubo floración y el café no creció. Está demasiado fino, no pesará mucho. Llevamos más de dos meses de sequía, estamos preocupados. Si no llueve, el resto de la cosecha también será afectado”, indica Murillo.

Retrasan siembra

Ramón Oliva, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores y Productores de Granos Básicos de Honduras (Prograno) en la regional de Olancho, refiere que llevan tres meses de retraso de siembra de maíz, frijol y arroz por la sequía.

En mayo tuvieron que adquirir créditos para comprar semilla y sembrar. Muchas veces han preparado la tierra, pero no terminan de labrar porque los técnicos del servicio meteorológico les han recomendado no hacerlo, porque no llueve lo suficiente para nutrir los cultivos.

Oliva calcula que la producción de Olancho, que representa el 40% del abastecimiento a nivel nacional, sufrirá una reducción del 50%.

“Hay productores que han decidido cultivar productos más resistentes a la sequía, tales como la sandía, papaya, entre otros”, comenta.

Importaciones

Expertos en temas agrícolas calculan que la importación de maíz, frijol y arroz aumentarán este año y que habrá que comprar arriba de 12 millones, 2.5 millones y un millón de quintales, respectivamente.

El panorama no es menos sombrío para el sector cañero, asegura Alejandro Abufele, presidente de la Asociación Hondureña de Cañeros Independientes (Ahci). “En estos meses es cuando renovamos y sembramos. Este fenómeno amenaza con disminuir drásticamente la producción”, resalta.

En un intento por salvar la cosecha, los cañeros han utilizado el servicio de riego por aspersión, lo que ha disparado los costos de producción.

“Cada ciclo de riego cuesta 10 mil lempiras por manzanas. Si no llueve en varios meses, se tendrá que gastar en varios ciclos. Hay muchos productores independientes que no pueden cubrir ese gasto. El año pasado nos afectó la sequía, pero este año será peor”, manifiesta el empresario.

De las 50 mil hectáreas de caña cultivadas en el país, al menos el 40% pertenece a los productores independientes.

Un invierno incierto

German Pérez Destephen, exministro de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), dice que todos los pronósticos apuntan a que la canícula “llegará hasta octubre y pasará de un estado moderado a fuerte”.

Añade que el comienzo del invierno, que debió darse entre mayo y junio, sigue incierto. “Hay mucha preocupación entre los productores porque dos años seguidos de sequía es un duro golpe para la agricultura, la ganadería y la pesca artesanal, y en general para la economía de las familias rurales”, considerando que el sector agropecuario es el generador del 36% del empleo del país.

La esperanza era sembrar en el ciclo de postrera, pero con la inestabilidad climática auguran que este proceso se dará hasta en la postrera tardía, y de agudizarse advierte que solo producirán quienes tienen sistema de riego, que representan el 25% de la producción total.

Recién se ha reactivado el comité técnico interinstitucional para la gestión del riesgo de sequía, que está desarrollando un plan de acción de seguridad alimentaria que requiere una inversión de $12 millones para su implementación. “El Gobierno ya asignó una partida, pero hace falta más dinero”.