San Pedro Sula, Honduras
La baja en el precio del petróleo o la devaluación del euro frente al dólar son algunos factores externos que han marcado la depreciación de 22 centavos que experimenta el lempira en lo que va de 2015.
No obstante, algunos analistas temen que la aplicación del nuevo sistema cambiario que implementó Costa Rica a inicios de la semana pasada podría ser la pauta para definir las reglas en Honduras.
“Con la decisión de eliminar el sistema de banda cambiaria y adoptar uno de flotación administrada, ahora el Banco Central de Costa Rica (BCCR) regulará la devaluación y lo dejará suelto a las fuerzas del mercado. Eso significa que nos puede pasar lo mismo que a ellos”, explica el analista económico Ángel Jiménez.
El BCCR utilizó desde 1974 a 2006 un sistema de minidevaluaciones en que la tasa de variación de tipo de cambio mantenía la inflación a pesar que el déficit fiscal se había reducido.
Marlon Tábora, presidente del Banco Central de Honduras (BCH), refiere que la decisión del país vecino “todavía nos pone más presión, porque elimina la competitividad”.
Sin embargo, aclaró que se trata de una situación coyuntural, porque pese a que el BCH no tiene una meta específica de tipo de cambio, esperan que a lo largo del año la depreciación sea similar a la presentada en 2014, que fue de 4.4% o 91 centavos.
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Sectores afectados. Un informe de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca) revela que el déficit de la balanza comercial de la región ascendió a $30,150.2 millones en el tercer trimestre de 2014, superior al mismo período de 2013 que fue de $29,561.5 millones.
Aplicando lo anterior al caso de Honduras, el retroceso de la moneda nacional frente al billete verde trae efectos negativos para un país altamente dependiente de las importaciones. “La depreciación continua del lempira en un contexto de alto endeudamiento público externo representa finalmente una mayor carga para el presupuesto del Gobierno”, explica el economista Rafael Delgado. Además, los consumidores e importadores son afectados porque les toca pagar más.
La depreciación pasará factura a las mipymes, asegura Efraín Rodríguez, presidente regional de la Asociación Nacional de Medianos y Pequeños Industriales de Honduras (Anmpih). “Implica mayores costos en materias primas y a largo plazo menos empleos”.
