San Pedro Sula, Honduras.
Entre los compromisos que Honduras adquirió con el Fondo Monetario Internacional (FMI) figura la liberalización gradual del mercado de divisas, una acción que tendría consecuencias “graves” para la economía nacional, advierten los analistas.
Nelson García Lobo, presidente del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh), aseveró que eliminar las restricción en la tasa de cambio del lempira frente al dólar, como sugiere la Carta de Intenciones, solo aceleraría la devaluación de la moneda. Esto empujaría la cotización hasta el rango entre L25 y L27 en los próximos 12 meses.
“Ellos quieren que el Banco Central de Honduras (BCH) quite las restricciones que ayudan a desacelerar la devaluación de la moneda hondureña. Sin embargo, esto tiene un riesgo, ya que las entrada de divisas se limita a las exportaciones y remesas”, añade Lobo. Advierte que si el ritmo del deslizamiento es más rápido que el actual, que se sitúa entre 4% y 5%, habría un aumento en los precios de la canasta básica y se elevaría la tasa inflacionaria. “El país anualmente importa unos $2 mil millones en alimentos y si el lempira se desvaloriza se tendrá que pagar mucho más por esas compras, encareciendo la vida de los hondureños”, indica.
El economista Guillermo Altamirano explica que la intención del FMI con las nuevas políticas cambiarias es volver más competitivo al país para dinamizar la economía; pero aduce que esta no es la mejor vía para lograrlo.
“La idea es que al liberar el mercado de divisas los ingresos que se captan por las exportaciones aumenten y que al valer más el dólar que el lempira los inversionistas extranjeros busquen hacer negocios aquí; pero estas recetas no funcionan en países subdesarrollados con un bajo nivel de envíos”, subraya Altamirano. Raúl Reina, directivo del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), capítulo norte, dice que hay ejemplos de que este tipo de políticas no funcionan en el país. “En el Gobierno de Rafael Callejas se devaluó el lempira, en ese momento éramos los mayores exportadores de banano en el mundo, y ahora prácticamente ya no exportamos”, apunta.
Entre los compromisos que Honduras adquirió con el Fondo Monetario Internacional (FMI) figura la liberalización gradual del mercado de divisas, una acción que tendría consecuencias “graves” para la economía nacional, advierten los analistas.
Nelson García Lobo, presidente del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh), aseveró que eliminar las restricción en la tasa de cambio del lempira frente al dólar, como sugiere la Carta de Intenciones, solo aceleraría la devaluación de la moneda. Esto empujaría la cotización hasta el rango entre L25 y L27 en los próximos 12 meses.
“Ellos quieren que el Banco Central de Honduras (BCH) quite las restricciones que ayudan a desacelerar la devaluación de la moneda hondureña. Sin embargo, esto tiene un riesgo, ya que las entrada de divisas se limita a las exportaciones y remesas”, añade Lobo. Advierte que si el ritmo del deslizamiento es más rápido que el actual, que se sitúa entre 4% y 5%, habría un aumento en los precios de la canasta básica y se elevaría la tasa inflacionaria. “El país anualmente importa unos $2 mil millones en alimentos y si el lempira se desvaloriza se tendrá que pagar mucho más por esas compras, encareciendo la vida de los hondureños”, indica.
El economista Guillermo Altamirano explica que la intención del FMI con las nuevas políticas cambiarias es volver más competitivo al país para dinamizar la economía; pero aduce que esta no es la mejor vía para lograrlo.
“La idea es que al liberar el mercado de divisas los ingresos que se captan por las exportaciones aumenten y que al valer más el dólar que el lempira los inversionistas extranjeros busquen hacer negocios aquí; pero estas recetas no funcionan en países subdesarrollados con un bajo nivel de envíos”, subraya Altamirano. Raúl Reina, directivo del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), capítulo norte, dice que hay ejemplos de que este tipo de políticas no funcionan en el país. “En el Gobierno de Rafael Callejas se devaluó el lempira, en ese momento éramos los mayores exportadores de banano en el mundo, y ahora prácticamente ya no exportamos”, apunta.