Nueva York, Estados Unidos.
La economía de Estados Unidos está cerrando 2014 en un punto óptimo en el que se combinan el crecimiento robusto, un aumento sostenido del empleo y la disminución del desempleo, todo lo que genera optimismo de que un patrón de expansión lenta presente desde la recesión podría al fin estar quedando atrás.
Una imagen más completa surgió el martes cuando el Departamento de Comercio dijo que en el tercer trimestre la economía se expandió a su ritmo más fuerte en 11 años, y además informó que el gasto de los consumidores se aceleró en noviembre, impulsado por el aumento de los ingresos y la caída de los precios de la gasolina.
Las bolsas de EE.UU. reaccionaron con un alza, impulsadas por la presunción de que la recuperación de la mayor economía del mundo sigue firme. El resultado más notable se refleja en el Promedio Industrial Dow Jones, que batió un récord para cerrar por primera vez encima de los 18.000 puntos, exactamente 18.024,17.
No obstante, todavía hay señales de que la economía está lejos de la plena salud. La inflación sigue siendo baja y se hundió aún más en los últimos meses en gran parte bajo el peso de la caída de los precios del petróleo. El crecimiento de los salarios sigue siendo lento, aunque en datos recientes ha habido destellos de un potencial repunte. Las ganancias en la productividad del trabajo han sido lentas.
Estas realidades presentan cierto dilema a la Reserva Federal, que evalúa cuán pronto una economía más sana podría manejar un aumento de las tasas de interés de referencia, incluso si la inflación siguiera por debajo de la meta de 2% anual. La mayoría de los funcionarios de la Fed espera que las tasas comiencen a subir en algún momento de 2015 tras haberse mantenido cerca de cero durante seis años.
El Producto Interno Bruto se expandió a una tasa anual desestacionalizada de 5% en el tercer trimestre, la mejor lectura desde el tercer trimestre de 2003. El crecimiento económico fue impulsado por el gasto del consumidor en atención médica y comidas en restaurantes, así como por la inversión empresarial en nuevos equipos y software y un alza en las exportaciones.
Es poco probable que la economía continúe con ese ritmo de crecimiento, en parte debido a que el desempeño durante el verano boreal se benefició de un aumento inusualmente grande en el gasto militar, lo que no se espera que se repita. Al mismo tiempo, la debilidad global podría arrastrar a las exportaciones estadounidenses.
“El consumidor conduce el autobús en esta economía”, dijo Scott Brown, economista de Raymond James & Associates. Los aumentos en el gasto de los hogares, dijo, “debe apoyar el crecimiento económico general en el primer semestre del próximo año”.
La inesperada contracción del PIB del primer trimestre ha significado que el crecimiento del año completo probablemente no superará 2,5%, para convertir las ganancias de 2014 en una leve mejoría de la expansión mediocre registrada durante la mayor parte de la recuperación poscrisis. Pero la Fed observa un fortalecimiento del crecimiento a una tasa de entre 2,6% y 3% en 2015, según proyecciones económicas publicadas la semana pasada.
Aun así, los economistas ven un crecimiento bastante saludable para EE.UU. en el cuarto trimestre, que termina la próxima semana. Pero persisten riesgos considerables.
La debilidad en la economía global podría reducir la demanda de productos fabricados en EE.UU., y un dólar más fuerte podría deprimir aún más las exportaciones al tornarlas más caras en el extranjero. Después de dos trimestres sólidos, el gasto empresarial mostró signos de debilitamiento en los últimos meses de 2014. La caída de los precios del petróleo podría hacer mella en algunos proyectos de perforación en el país, lo que reduciría los gastos de capital y el empleo en algunas áreas. El sector de la vivienda sigue siendo inestable.
También hay indicios de una desaceleración más profunda en el gasto empresarial en nuevos equipos. Los nuevos pedidos de bienes manufacturados duraderos —productos como aviones, automóviles y maquinaria pesada que están diseñados para durar al menos tres años— cayeron 0,7% en noviembre respecto al mes anterior, dijo el Departamento de Comercio en un informe separado el martes. Los pedidos de bienes de capital no militares, salvo las aeronaves, un indicador del gasto empresarial, se mantuvieron estables el mes pasado después de caer en septiembre y octubre.
La economía de Estados Unidos está cerrando 2014 en un punto óptimo en el que se combinan el crecimiento robusto, un aumento sostenido del empleo y la disminución del desempleo, todo lo que genera optimismo de que un patrón de expansión lenta presente desde la recesión podría al fin estar quedando atrás.
Una imagen más completa surgió el martes cuando el Departamento de Comercio dijo que en el tercer trimestre la economía se expandió a su ritmo más fuerte en 11 años, y además informó que el gasto de los consumidores se aceleró en noviembre, impulsado por el aumento de los ingresos y la caída de los precios de la gasolina.
Las bolsas de EE.UU. reaccionaron con un alza, impulsadas por la presunción de que la recuperación de la mayor economía del mundo sigue firme. El resultado más notable se refleja en el Promedio Industrial Dow Jones, que batió un récord para cerrar por primera vez encima de los 18.000 puntos, exactamente 18.024,17.
No obstante, todavía hay señales de que la economía está lejos de la plena salud. La inflación sigue siendo baja y se hundió aún más en los últimos meses en gran parte bajo el peso de la caída de los precios del petróleo. El crecimiento de los salarios sigue siendo lento, aunque en datos recientes ha habido destellos de un potencial repunte. Las ganancias en la productividad del trabajo han sido lentas.
Estas realidades presentan cierto dilema a la Reserva Federal, que evalúa cuán pronto una economía más sana podría manejar un aumento de las tasas de interés de referencia, incluso si la inflación siguiera por debajo de la meta de 2% anual. La mayoría de los funcionarios de la Fed espera que las tasas comiencen a subir en algún momento de 2015 tras haberse mantenido cerca de cero durante seis años.
El Producto Interno Bruto se expandió a una tasa anual desestacionalizada de 5% en el tercer trimestre, la mejor lectura desde el tercer trimestre de 2003. El crecimiento económico fue impulsado por el gasto del consumidor en atención médica y comidas en restaurantes, así como por la inversión empresarial en nuevos equipos y software y un alza en las exportaciones.
Es poco probable que la economía continúe con ese ritmo de crecimiento, en parte debido a que el desempeño durante el verano boreal se benefició de un aumento inusualmente grande en el gasto militar, lo que no se espera que se repita. Al mismo tiempo, la debilidad global podría arrastrar a las exportaciones estadounidenses.
“El consumidor conduce el autobús en esta economía”, dijo Scott Brown, economista de Raymond James & Associates. Los aumentos en el gasto de los hogares, dijo, “debe apoyar el crecimiento económico general en el primer semestre del próximo año”.
La inesperada contracción del PIB del primer trimestre ha significado que el crecimiento del año completo probablemente no superará 2,5%, para convertir las ganancias de 2014 en una leve mejoría de la expansión mediocre registrada durante la mayor parte de la recuperación poscrisis. Pero la Fed observa un fortalecimiento del crecimiento a una tasa de entre 2,6% y 3% en 2015, según proyecciones económicas publicadas la semana pasada.
Aun así, los economistas ven un crecimiento bastante saludable para EE.UU. en el cuarto trimestre, que termina la próxima semana. Pero persisten riesgos considerables.
La debilidad en la economía global podría reducir la demanda de productos fabricados en EE.UU., y un dólar más fuerte podría deprimir aún más las exportaciones al tornarlas más caras en el extranjero. Después de dos trimestres sólidos, el gasto empresarial mostró signos de debilitamiento en los últimos meses de 2014. La caída de los precios del petróleo podría hacer mella en algunos proyectos de perforación en el país, lo que reduciría los gastos de capital y el empleo en algunas áreas. El sector de la vivienda sigue siendo inestable.
También hay indicios de una desaceleración más profunda en el gasto empresarial en nuevos equipos. Los nuevos pedidos de bienes manufacturados duraderos —productos como aviones, automóviles y maquinaria pesada que están diseñados para durar al menos tres años— cayeron 0,7% en noviembre respecto al mes anterior, dijo el Departamento de Comercio en un informe separado el martes. Los pedidos de bienes de capital no militares, salvo las aeronaves, un indicador del gasto empresarial, se mantuvieron estables el mes pasado después de caer en septiembre y octubre.