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La crisis del rublo intensifica los efectos del aislamiento de Rusia

  • 16 diciembre 2014 /

El rublo cayó a un nuevo récord frente al dólar, a pe­sar de que el banco central ruso elevó sorpresivamente la noche anterior su tasa de interés de re­ferencia a 17%.

Moscú, Rusia.

Durante la mayor parte del año, conforme el presi­dente ruso, Vladimir Putin, inten­sificaba el conflicto con Estados Unidos y Europa, las consecuen­cias económicas para los ciudada­nos rusos habían sido limitadas.

Ahora, sin embargo, la súbita caída del rublo ha vuelto a desatar el tipo de crisis financiera que Pu­tin ha intentado dejar en el pasa­do de su país.

El martes, el rublo cayó a un nuevo récord frente al dólar, a pe­sar de que el banco central ruso elevó sorpresivamente la noche anterior su tasa de interés de re­ferencia a 17%. Los inversionis­tas consideraron que la medida no era suficiente para aliviar la presión sobre la moneda rusa de la caída de los precios del petróleo y las sanciones de Occidente.

Mientras el rublo caía hasta 80 unidades por dólar, residentes de Moscú en pánico por un alza de los precios se abalanzaron a comprar electrónicos y otros productos costosos y exprimie­ron los cajeros automáticos para cambiarlos por dólares y euros, lo que pone de relieve una nueva sensación de vulnerabilidad en­tre los rusos y plantea un desafío para el mandatario.

La divisa recuperó terreno por la tarde y redujo su declive del día a 5,6% después de que el minis­tro de Economía, Alexei Ulyuka­yev, dijo que el gobierno lanzaría algunas “medidas regulatorias” en el mercado cambiario, si bien señaló que no se estaban conside­rando controles de capital. El fun­cionario sostuvo que el rublo está “infravalorado” y “no se ajusta a los actuales indicadores económi­cos fundamentales”. No obstante, no quiso decir a qué nivel debería cotizar la moneda ni dio detalles sobre las medidas que el gobierno o el banco central podrían imple­mentar para detener la caída.

La pregunta es si el bajón eco­nómico y el colapso de la moneda rusa —precipitados por las san­ciones y el colapso de los precios del petróleo— se convertirán en un problema político real para Pu­tin, que tiene un enorme apoyo así como un desmesurado control so­bre la política y la economía.

Los problemas económicos de Rusia podrían fortalecer el ya só­lido respaldo interno que tiene el Kremlin en su enfrentamiento con EE.UU. y Europa, ya que Moscú culpa a sus enemigos de sus pro­blemas. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, dijo al canal de televisión francés France 24 que “Rusia no sólo sobrevivirá sino que saldrá mucho más fuer­te” de las sanciones.

La tasa de aprobación de Pu­tin, impulsada por la anexión en marzo de Crimea, en Ucrania, si­gue por encima de 70%, según las encuestas. Además, no tiene riva­les internos importantes y la po­blación está inclinada a atravesar las crisis con la esperanza de que las cosas se arreglen.

Encuestas el 7 de diciembre de la firma FOM indicaron que casi dos tercios de las personas no­taban un mayor aumento de los precios, pero sólo un tercio de la población está dispuesto a unirse a protestas, un nivel más bajo que el del año pasado.
“Llevará a una pérdida de fe en las autoridades (...) y podría golpear al presidente”, señala Alexei Makarkin, subdirector del Centro de Tecnologías Políticas, en Moscú. “Debilitará a las au­toridades, pero no mortalmente. La gente buscará una salida de forma individual”.

Medios rusos desde San Pe­tersburgo a Siberia informaron que casas de cambio se estaban quedando sin monedas extranje­ras. Sberbank, banco estatal de ahorros, y Alfa Bank, el mayor prestamista privado del país, in­dicaron que estaban registrando corridas de dólares y euros.

“La demanda es enorme. La gente está trayendo pilas, enor­mes pilas de efectivo. Es una lo­cura”, contó Kamila Asmalova, gerente de una sucursal de Sber­bank. A las 2 de la tarde, la sucur­sal ya se había quedado sin divisas extranjeras, agregó.
Tatiana Malkova, recepcionis­ta de Raiffeisen Bank en el centro de Moscú, señaló que la demanda subió de forma drástica el lunes por la tarde a medida que el rublo se hundía. El banco agotó los dóla­res y euros en sus cajeros automá­ticos por la mañana, pero espera una entrega para hoy, dijo.

Lanta Bank, un banco media­no de Moscú, dijo que su socio del exterior no podría enviar mone­da extranjera hoy debido a que los aviones que transportan el efecti­vo están llenos. Las entidades fi­nancieras también se preparaban para el impacto del alza de las ta­sas de interés.

“Muchos actores (del merca­do) están en una condición gra­ve debido a estos eventos”, dijo el martes el vicepresidente de la junta de gobernadores del Banco de Rusia, Sergei Shvetsov. “La de­cisión que tomó el banco central (de subir las tasas) fue entre muy mala y muy, muy mala”.

La decisión de Rusia de do­sificar sus más de US$400.000 millones en reservas en lugar de gastarlos para defender el rublo indica que se prepara para un pro­longado período de bajos precios del petróleo y aislamiento inter­nacional, lo que está dejando a sus compañías fuera de los mercados occidentales. La gobernadora del banco central, Elvira Nabiullina, dijo que el debilitamiento del rublo era una “señal para que la economía rusa se adapte a nuevas condiciones” y proceda con la sus­titución de importaciones.

Ante el encarecimiento del crédito tras el aumento de tasas, la inflación afectaría a los consu­midores. La Asociación de Empre­sas Minoristas prevé que los pre­cios de los alimentos y las bebidas suban hasta 15% en el primer tri­mestre de 2015, según su vocero.

En los últimos días, los rusos han salido a gastar sus rublos en electrónicos y autos, cuyos pre­cios no han sido ajustados a la erosión cambiaria. M.video, un minorista de electrónicos, indi­có que cerca de un tercio de sus ventas actuales se debían a ese tipo de compras. La gente formó largas filas en locales de IKEA en Moscú después de que la empre­sa de muebles anunció un alza de precios en los próximos días.

La viceprimer ministra, Olga Golodets, advirtió que el aumen­to de precios elevará la cantidad de personas que viven en la po­breza, una declaración inusual del gobierno sobre la inminente penuria económica.
Tatiana Boytsova, una profe­sional de finanzas de 28 años de San Petersburgo, contó que junto a sus colegas pasó 40 minutos en fila para cambiar rublos. Cuenta que ella y conocidos suyos esta­ban cancelando viajes a destinos como París, Helsinki y Cracovia, pese a que los pasajes no podían ser reembolsados, debido a que los costos eran demasiado altos.