San Pedro Sula, Honduras.
Los productos de contrabando son un riesgo para la salud de los hondureños, ya que para su elaboración no se siguen los controles de bioseguridad requeridos para evitar la propagación del coronavirus COVID-19, advierten las autoridades.
El riesgo es alto en las fábricas o laboratorios ilegales, ya que no existen controles de calidad y no se garantiza que se realizan los debidos procesos de higiene para la fabricación o elaboración de los productos.
En cambio en las empresas formales sí se cumplen con estos procesos, donde se cuenta con personal encargado de la supervisión para garantizar el cumplimiento de estos protocolos de bioseguridad.
La evidencia científica demuestra que “el virus SARS-CoV-2 puede sobrevivir y conservar su capacidad infecciosa hasta por 24 horas en el cartón y hasta tres días en el plástico o acero inoxidable”, según un estudio publicado a mediados de marzo en la revista científica New England Journal of Medicine.
De igual forma, los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de EEUU reconocen que 'podría ser posible que una persona contraiga el COVID-19 al tocar una superficie u objeto que tenga el virus y luego se toque la boca, la nariz o posiblemente los ojos, aunque no se cree que ésta sea la principal forma en que se propaga el virus”.
La recomendación para las empresas que producen o elaboran productos es que las personas responsables de preparar alimentos, o producir insumos, deben seguir los procedimientos de bioseguridad, lo cual incluye: uso de guantes, mascarillas, y todas las superficies deben estar limpias y desinfectadas.
Al desconocer el origen o proceso de producción de los productos de contrabando que son de consumo humano los riesgos para la salud se incrementan ya que, además, no son certificados por agencias de regulación sanitaria o de la salud, poniendo en riesgo el bienestar de los consumidores.
Es por ello que el presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), Fernando García, señala que esta organización empresarial apela por la compra en centros autorizados, evitando el consumo de productos provenientes del comercio ilícito y contrabando.
“Debemos asegurarnos que los productos que consumimos cumplen con todos los requisitos de bioseguridad que nos garantizan la salud, el contrabando no lo hace. Protege tu vida y la de tu familia, no consumas contrabando”, puntualiza.
Sumado a ello, García destaca que “los productos de contrabando no pagan impuestos y por lo tanto no aportan al Estado para combatir las enfermedades como el COVID-19”.
