Unos adolescentes menores de 17 años se comportaron este domingo como verdaderos hombres y ahora son héroes de la patria. Honduras ganó la guerra futbolística de turno (3-1) ante el todopoderoso Estados Unidos.
Estos cipotes se graduaron con honores y el premio mayor es el tercer boleto a un Mundial y será en los Emiratos Árabes Unidos donde flameará la Bandera de las cinco estrellas.
Tenía que ser un partido especial para botar esas estadísticas que decían que nunca una escuadra catracha ni siquiera había empatado un duelo eliminatorio de la categoría. Y así fue. El exquisito Brayan Velásquez, ese número 7, se subió el equipo al hombro; Cristian Hernández se agigantó con el 1 en la portería; Alberth Elis se mostró como aquellos 9 “metemiedo” y así, uno a uno, escribieron esta historia de alegría.
Cuando la labor es pesada, el estallido de júbilo es más grande. No se puede esconder que los gringos pintaban para cumplir el vaticinio real de favoritos. Se pararon bien en los primeros minutos, tomaron la pelota y muchos pensamos que el gol era cuestión de segundos. Joel Soñora era un dolor de cabeza para la nerviosa zaga hondureña. Un par de paradas del portero Hernández le dieron tiempo al equipo para replantearse la situación.
Esperemos hasta el minuto 25 para ver la primera gran oportunidad de Honduras en el área contraria. Brayan Velásquez se enfrentó en un mano a mano contra Jeff Caldwell y salió perdiendo, pero porque el estadounidense le cometió una clara falta para penal y expulsión.
Pero no importa. Lo que venía era para levantarse del asiento y castigar a Caldwell. El ¡gooool! se escuchó desde Honduras hasta la tierra del canal. Cristopher Alegría mandó un batazo que le cortó las uñas al guardameta con un disparo desde fuera del área. Era difícil de creerlo, los cartones estaban 1-0.
Apenas tres minutos duró la alegría. Joel Soñora copió en parte la forma de anotar a la catracha, consiguió el 1-1 y de nuevo estábamos como al principio. Acá los empates no servían de nada, era ganar o ganar.
La charla del profe José Valladares, el hombre que hizo descansar a seis titulares en la derrota 2-0 contra México para tenerlos a todo mecate, seguramente tuvo alguna influencia en el cambio para el segundo tiempo.
Estados Unidos vio a los catrachitos con más respeto. Rembrandt Flores mandó un misil apenas desviado sobre el horizontal al 48.
Elis dejó su huella en las barras y las estrellas contrarias. Terminó punteando en el área pequeña la visión clara y precisa de Brayan Velásquez. El 2-1 nos tenía ya hablando en lenguas extrañas.
Kevin Álvarez pidió ventanilla, reservó su asiento en primera clase en un vuelo en Etihad Airways, rompió la barrera del sonido y dijo “marhaba” (hola en árabe). El olimpista se sacó un rayo de pierna derecha que se incrustó en el ángulo.
Era un 3-1 frío, rondando entre un silencio, mientras la sangre se calentaba por el rostro de jugadores y los miles de hondureños. La garganta no respondía, se ahogó con el tercer grito de gol.
Tres anotaciones para no olvidar, más bien para recordar. El primero en memoria a Asia, la primera vez con Miguel Escalante en Corea del Sur 2007; Emilio Umanzor nos llevó a la africana Nigeria 2009 en la segunda justa y ahora visamos para el Oriente Medio.
Estados Unidos lloró la eliminación, se topó con un “matagigantes” que creció desde la fase previa en Guatemala, donde, aún siendo primeros, pocos creyeron en un final mundialista. Es el octavo pasajero, solo siete estaban clasificados en ese momento memorable.
-FICHA TÉCNICA:
HONDURAS: Cristian Hernández, Kevin Álvarez, Roberto Hernández, Ismael Santos, Alvaro Romero, Devron García, Cristopher Alegrìa, Isaac Borjas (D. Flores, min.73), Brayan Velásquez (D. Arita, min.91, Alberth Ellis (Jorge Bodden, min.88) y Rembrant Flores.
Entrenador: José Valladares.
ESTADOS UNIDOS: Jeff Caldwell, Shaquell Moore, Tommy Redding, Conor Donovan, John Requejo Jr, Christopher Lema (S. Elney, min.70), Joel Soñora (A. Win, min.78), Corey Baird, Tyler Turner (J. Glad, min.46), Ahinga Selemani y Rubio Rubín.
Entrenador: Richie Williams.
