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'Se me salen las lágrimas al recordar': El héroe en medio de la tragedia

  • 30 mayo 2017 /

El inspector Lagos habló de su hazaña tras salvar al menos a 10 niños en las afueras del Nacional.

Tegucigalpa, Honduras.

Con lágrimas en los ojos e impactado por todo lo que sucedió el domingo, el inspector de la Policía Nacional Hebert Lagos Ordóñez habló de su hazaña en la que salvó al menos a diez niños de morir aplastados por la estampida en las afueras del Estadio Nacional.

Lagos, quien ahora es considerado un héroe sin capa, se subió a una base de la entrada al portón número once del Nacional y con una mano agarraba a los niños y con la otra se los pasaba a sus compañeros para evitar que la tragedia fuera mayor.

“Sé que Dios me dio la fuerza, porque no sé de donde salió, yo agarraba a un niño y luego los padres levantaban sus manos con otros para que al menos ellos se salvaran”, contó el valiente y ejemplar miembro de la Policía Nacional, quien públicamente fue felicitado por el presidente de la República, Juan Orlando Hernández por su heroica labor.

Foto: La Prensa

El inspector de la Policía Nacional Hebert Lagos Ordóñez salvó a muchos niños durante la avalancha humana.

Evitó que muchos menores murieran.

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Lagos, quien al momento de la entrevista no pudo retener las lágrimas, dijo: “Se me salen las lágrimas al recordar, fueron como diez niños los que pasé, sabía que si no me agarraba bien también iba a morir, no sé de dónde salió la fuerza, solo tenía una mano para agarrarlos. Con un niño como de cinco años que andaba con una camisa de Motagua me tuve que balancear dos veces, creo que es con el que salgo en la foto. La cosa es que pesaba un poco y sentía que nos caíamos los dos, pero al final me pude estabilizar”, rememora el valiente miembro de la Policía Nacional.

Recuerda muy bien que el momento más duro fue cuando “un niño tenía atrapadas las piernas en medio de la avalancha de personas y logré sacarlo; mi temor era no poder sacarlo, pero Dios me dio fuerzas para seguir adelante y ponerlo en un lugar seguro”, contó a los medios.

Cuatro personas perdieron la vida y se registró más de una decena heridos.
Con un nudo en la garganta reconoce que el momento más duro fue cuando “una niña como de dos o tres años fue lo que más me conmovió porque no podía hablar, solo lloraba y me miraba... Y yo que tenía un niño en mis brazos igual la miraba y el tiempo transcurría... eso era aún más conmovedor para mí.

Los papás me decían que les ayudara, que no los dejara solos. Yo solo pensé en que solo Dios nos podía ayudar y con la llegada de la tanqueta fue como un ángel para que la multitud no siguiera, ya que se dispersó. Ahí ya pudimos respirar tranquilos. Siempre he dicho que antes de ser policía uno es un ser humano.

El don de proteger nos hace estar al servicio de la comunidad para salvaguardar la vida de las personas”, concluyó.

Foto: La Prensa

El integrante de la Policía Nacional, Hebert Lagos Ordóñez