Brasilia, Brasil.
El delantero holandés Arjen Robben volvió a hacer de las suyas en este Mundial, esta vez contra la ya vapuleada Brasil, generando un penal al inicio del partido, que golpeó a la verdeamarela desde el saque.
En el minuto dos, el atacante del Bayern Múnich se despuntó hacia el área rival y fue interceptado por el zaguero Thiago Silva. Aunque quedó la duda si la falta fue dentro de la zona de castigo, lo cierto es que permitió a Robin Van Persie ejecutar un certero penal que no dejó nada que hacer al portero Julio César.
La jugada rememoró el 'piscinazo' que el mismo atacante holandés admitió que protagonizó durante el partido contra México en octavos de final, que también derivó en penal y permitió a los holandeses avanzar a cuartos.
A los 81 minutos Robben intentó una nueva maniobra en busca de otro penal, pero nadie le creyó. No le quedó otra que levantar las manos desde el suelo y sonreír.
Más allá de ello, el atacante estuvo presente en casi todos los ataques de la Oranje. Desequilibró y dio mucho trabajo a David Luiz y Thiago Silva, y pese a que Brasil se fue encima durante todo el primer tiempo, intentó aprovechar muy bien todos los espacios que dejaba el anfitrión.
Finalmente fue Daley Blind quien puso el segundo y Georginio Wijnaldum quien marcó el tercero y definitivo para Holanda, sin descuentos por parte del rival.
En el segundo tiempo, Robben bajó la velocidad mientras que su escuadra siguió mostrando un buen juego colectivo.
El propio Luiz Felipe Scolari, entrenador de Brasil, admitió hace poco que el mejor jugador del Mundial fue Robben.
