Ante los supuestos rumores de que había adquirido el automóvil más caro del mundo, Lionel Messi no tardó en desmentirlo de una forma irónica y a la vez simpática a través de su cuenta oficial de Instagram.
Supuestamente, Messi habría comprado un Ferrari 335 S Spider Scaglietti, por 32 millones de euros y con la intención de arrebatárselo a Cristiano Ronaldo en una subasta del Salón del Automóvil Clásico de París.
Para negarlo, el delantero argentino del Barcelona posó con un coche de juguete, el famoso Rayo MacQueen de la película “Cars” de Disney, seguramente perteneciente a su hijo Thiago.
Junto a la curiosa imagen, “La Pulga” dejó el siguiente mensaje: “El nuevo auto que dicen que me compré”.