Después de la lesión que casi le cuesta la vida, Kerpo de León, portero uruguayo del Motagua, fue dado de alta este viernes en San Pedro Sula.
Tras 14 días de estar internado, cinco de ellos en cuidados intensivos, el jugador dejó el hospital para seguir su recuperación en su casa al lado de su esposa Jenny Marroquín y su hija Kendra León, quienes han sido su fuente de alegría y apoyo en el momento crítico.
El uruguayo salió lesionado en el partido que su equipo jugó contra el Marathón, después de disputar una pelota en el área con el atacante verdolaga Mitchel Brown. Kerpo sacó la peor parte al salir muy afectado de la tráquea y a eso se sumó un problema pulmonar que no sabía que padecía.
-¿Qué se siente dejar el hospital?
Lo primero que quiero es agradecerle a Dios por estar aquí. él fue quien me sacó de esto y gracias a todo el pueblo hondureño, a todas las personas que oraron por mí, eso no tiene precio, a los amigos que están aquí, mis compañeros y directivos. Al cuerpo técnico y mi familia que en todo momento me apoyaron. Son muy poco mis palabras de agradecimiento para todo el apoyo que recibí.
-¿Hay nostalgia en su mirada, Kerpo?
Estuve cerca de la muerte. Es difícil estar en este momento acá (lo dijo con los ojos llorosos y la voz baja).
-¿Pero es positivo lo de su recuperación?
Hay que tomarlo con calma. La verdad no sé qué va suceder más adelante, será un proceso lento y, después de que me recupere, ver los análisis para saber si voy a volver a las canchas.
-¿Qué recomendación le dio el médico?
Reposo total y en un mes podría empezar a caminar, el cuerpo y cerebro lo necesitan. En unos tres meses, según los trabajos que haga y los estudios, se va a decidir si voy a volver a jugar.
-¿Esta es como una segunda oportunidad de vivir para usted?
Voy a festejar un nuevo nacimiento. Voy a celebrar dos veces mi cumpleaños. Eso fue lo que dijo el doctor.
-¿Cuál es su ilusión ahora?
Ver crecer a mi hija, estar al lado de mi familia, disfrutar de muchas cosas que uno tiene, no amargarme por cosas insignificantes, valorar la vida, que no tiene precio. Tuve miedo de morir.
-¿Guarda rencor contra Mitchel Brown?
No tengo nada que decir contra él. Fue una jugada circunstancial del fútbol. Vi la repetición una vez. No creo que haya existido mala intención. Solo Dios sabe y es el único que puede juzgar.
-¿Le cambió la vida?
La verdad sí. Hasta el martes o miércoles me vine a dar cuenta de lo que pasó. Las posibilidades de vida eran del 10% y era para quedar con una parálisis, pero aquí estoy vivito y coleando.
Sobre la denuncia del Motagua,dijo: 'Si los directivos del Motagua denunciaron a Mitchel Brown en la Comisión de Disciplina, ellos sabrán por qué lo hacen. No soy quién para reprocharlo o para sancionarlo. En este momento no estoy en situación para pelear”.
