Porto Alegre, Brasil.
El secretario general de la Fifa, Jérôme Valcke, comenzó en Río de Janeiro una serie de reuniones con los organizadores del Mundial de Brasil para solucionar varios flecos pendientes y, en especial, las instalaciones temporales de los estadios.
El alcalde de Porto Alegre, José Fortunati, presionó ayer a la Asamblea Legislativa regional con el objetivo de que apruebe una ley para anular los impuestos a la empresa que se encargue de instalar estas estructuras. Fortunati afirmó que si la Asamblea no aprueba esa ley, “no habrá Mundial en Porto Alegre”.
El costo de las estructuras temporales ascendería en Porto Alegre a unos 17 millones de dólares, según cálculos del Internacional, responsable de las obras del estadio Beira-Río, adonde se disputará el juego de la Selección de Honduras con Francia el 15 de junio.
