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El milagro de Berna que rehabilita a Alemania

  • 27 mayo 2010 /

Después de los daños de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes consiguieron ganar la Copa del Mundo de Suiza 54 que los reintegró al mundo.

    La política había puesto decenas de obstáculos a los mundiales anteriores, pero el fútbol se tomó cumplida revancha en Suiza 54.

    El deporte tomó esta vez el mando e influyó en la política: la inesperada victoria de Alemania supuso su rehabilitación definitiva tras la II Guerra Mundial y su reintegración en la comunidad internacional.

    De regreso a Europa, el Mundial adquirió una nueva dimensión con su visita a Suiza. El pequeño país aprovechó el torneo para venderse como lugar de vacaciones, comercializó los primeros “souvenirs” mundialistas y recibió por primera vez en masa a los medios de comunicación televisivos.

    Además, el torneo se convirtió en una gran fiesta del fútbol. Con 140 goles (5.38 por partido) permanece en la historia como el de mejor promedio de goles. Otros hitos marcaron la cita helvética con letras de oro en la evolución del fútbol: debutaron equipos africanos y los jugadores llevaron por primera vez números en sus camisetas.

    Hasta 45 países solicitaron participar en el Mundial, aunque siete llegaron fuera de plazo y sólo 16 viajaron finalmente a tierras suizas. El torneo, del 16 de junio al 4 de julio, se disputó en seis sedes y tuvo uno de los sistemas de juego más complicados que se recuerden.

    En la primera fase se dividían los participantes en cuatro grupos, cada uno con dos “preclasificados” y dos “no preclasificados” que no deberían enfrentarse entre sí. Posteriormente, los cuartos de final no enfrentaron a los primeros y segundos de grupo cruzados, sino a los primeros con los primeros y los segundos con los segundos.

    El que mejor entendió el sistema fue el seleccionador alemán, “el Viejo” Sepp Herberger, que dio toda una lección de estrategia. En el primer choque venció a Turquía por 4-1, después alineó a su “equipo B” y cayó por 8-3 ante Hungría, la gran favorita, que llegó al Mundial tras cuatro años invicta. Sin embargo, Herberger se aseguró de que la estrella húngara, Ferenc Puskas, saliese del choque lesionado.

    Posteriormente, las cuentas le cuadraron a Herberger al derrotar por 7-2 a Turquía en el desempate, con lo que Alemania terminó segunda de grupo.

    En cuartos de final, mientras Hungría tuvo que eliminar a Brasil y Uruguay a Inglaterra, los germanos no pasaron apuros contra Yugoslavia.

    En semifinales, mientras húngaros y uruguayos libraban una auténtica batalla en Lausana resuelta a favor de los europeos por 4-2 tras prórroga, los alemanes se pasearon ante Austria 6-1.

    En la final, los húngaros demostraron su calidad desde el primer momento, y en el minuto 10 ya ganaban 2-0. Sin embargo, el cansancio y un Puskas a medio gas permitieron la reacción de Alemania, que terminó imponiéndose por 3-2 ante la mirada atónita de los 64,000 espectadores que abarrotaron el Wankdorfstadion de Berna, 40,000 de ellos alemanes.

    La inesperada victoria germana levantó todo tipo de suspicacias. Primero se dijo que la Federación Húngara había “vendido” el partido a cambio de tractores para su país. Y con el tiempo creció la acusación de que los jugadores alemanes se doparon, después de que varios de ellos contrajeran ictericia.

    Pero todos los rumores quedaron en segundo plano ante probablemente el partido de mayor trascendencia extrafutbolística jamás jugado. El “Milagro de Berna”, como siempre será recordado, devolvió a los alemanes dignidad e identidad nacional. Alemania volvía a ser alguien en el concierto de naciones. Los alemanes podían volver a alegrarse públicamente de serlo.

    Habían pasado tan sólo nueve años desde el fin de la guerra, y el país estaba dividido y moralmente desacreditado aún por los crímenes cometidos en su nombre.

    La mayoría de los alemanes habían buscado refugio en las tareas de reconstrucción, y en 1954 el país se encontraba ya en los albores del llamado milagro económico. Habían creado desde las cenizas físicas y morales un nuevo estado con el orden democrático liberal impuesto por los aliados y con su inestimable apoyo económico.

    El primer canciller de Alemania Federal, Konrad Adenauer, se empeñó en integrar a la joven república en la comunidad occidental de estados, pero la desconfianza de los aliados y los países vecinos seguía siendo grande. El triunfo en el Mundial fue el principio del fin de la pesadilla.

    10 minutos le tomó a Alemania remontar un 2-0 y terminarle ganando 3-2 a Hungría en la final del Mundial en el bien llamado “Milagro de Berna”.

    FICHA DEL MUNDIAL

    Cantidad de equipos: 16 (de 45 participantes)

    Sede: Suiza
    Fecha: 16 de junio de 1954 al 4 de julio de 1954

    Podio

    • Campeón: Alemania Federal

    • Subcampeón: Hungría

    • Tercer lugar: Austria
    • Cuarto lugar: Uruguay

    Partidos: 26

    Goles anotados: 140 (5.4 por partido)

    Espectadores: 889,500 (34,211 por partido)
    Goleador: Sándor Kocsis (11)