René Magritte y su arte misterioso  

El pintor destacó por sus curiosos lienzos; buscaba significados en las cosas más absurdas

Bruselas.

' El hombre del bombín', así le decían al pintor belga René Magritte. Un bombín es un sombrero de caballero de fieltro gris o negro, rígido, de copa redondeada y ala pequeña. Magritte solía llevar uno de estos sombreros. Le parecía que de ese modo se veía como un hombre común. Aunque incluso en su época no era del todo común ver un hombre con bombín.

René Magritte (1898-1967) tenía fama de ser una persona de un humor especial. Llevaba casi siempre un traje y una corbata. En su casa llevaba pantuflas de fieltro cuadriculadas, incluso cuando pintaba. Y sus cuadros tiene bastante de un humor alocado. A su estilo de pintar se le llama surrealismo.

Pinturas

En sus obras se pueden ver manzanas que llevan antifaz. O un ave volando que lleva nubes en el cuerpo, una lluvia de personas con bombín que caen como gotas o bien un castillo sobre una gigantesca roca flotando en el aire sobre las olas. En otras pinturas se ven zapatos, de los que emergen dedos. Y también personas que se miran en el espejo y se ven de atrás en lugar de estar reflejados de frente.

Foto: La Prensa

La pintura del artista belga René Magritte “La bella captiva”, presentada en 1965.


Los expertos de arte dicen que Magritte quería que la gente se pusiera a pensar al ver sus cuadros. Por ejemplo: una de las pinturas más famosas de Magritte muestra una pipa y debajo está escrito: 'Esto no es una pipa'. La primera reacción es decir: '¡Sí que es una pipa!' Pero Magritte contestaría: 'No, es sólo una pintura de una pipa, su representación. No se la puede fumar'.

Magritte trata de mostrar en sus obras lo que hay de misterioso en el mundo. Como en los sueños, en que se suman elementos de modo aparentemente alocado o sin sentido. Por eso las pinturas de Magritte siguen fascinando a muchos aún hoy, a casi 50 años de su muerte.