Seguramente habrás escuchado música en un reproductor digital portátil. ¿Pero sabías que la tecnología con la que funcionan estos aparatos, llamada MP3, fue inventada hace 20 años?
Científicos del Instituto Fraunhofer, en Alemania, desarrollaron en aquella época una tecnología para comprimir sonidos y lograr así guardar música en archivos mucho más pequeños que hasta entonces.
El formato diseñado por el ingeniero Karlheinz Brandenburg y su equipo en 1995 se llamó MPEG-1 Audio Layer III, pero como el nombre era muy largo, quedó en MP3.
 Karlheinz Brandenburg.
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Las siglas MPEG significan Moving Picture Experts Group (Grupo de Expertos de Imágenes en Movimiento) y se refieren al grupo de expertos internacionales que trabaja en este tipo de tecnología.
Revolución en la música
Revolución en la música
Los archivos mp3 fueron toda una revolución, ya que permitían almacenar en un menor espacio mucha más música que los CDs (compact discs), por lo que éstos perdieron popularidad. Lo mismo había pasado años antes, cuando los CDs sustituyeron a los casetes de audio y a los discos de vinilo.
'El sueño de cualquier científico es desarrollar algo que sea útil para la humanidad', dice Karlheinz Brandenburg. 'Soñábamos entonces con una radio digital y millones de usuarios. Ahora ya son muchos miles de millones los aparatos que trabajan con el formato, lo que supera ampliamente el sueño de entonces', agrega.
En 1998 comenzaron a aparecer los primeros reproductores de MP3 en las tiendas. Pero sólo cuando el presidente de Apple, Steve Jobs, presentó en 2001 el primer iPod, comenzó a imponerse el MP3 como reproductor de música. Hoy por hoy, cualquier teléfono inteligente graba datos en formato MP3.
Gracias al MP3 resultó además más sencillo enviar y copiar música. Esto también facilitó la labor de los piratas que intercambiaban ilegalmente archivos del música en Internet.
No obstante, muchos piensan que la calidad de sonido del formato MP3 no es tan buena como la de los CDs.
Hoy en día, el reproductor MP3 está perdiendo terreno frente a los servicios de streaming (lectura en continuo por Internet), aunque éstos igualmente usan esa misma tecnología o su sucesora AAC, también desarrollada por Brandenburg y sus colegas y que es utilizada por Apple.
